PREVENCIÓN. Un asistente social realiza un 'test rápido' de Sida a un paciente. / LA VOZ
Sociedad

Una nueva familia de fármacos bloquea la capacidad de infección del virus del Sida

Un ensayo clínico obtuvo un 90% de éxitos entre pacientes, a los que no se detectó carga viral y entre quienes disminuyó de forma extraordinaria el riesgo de transmisión

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El raltegravir es el principio activo de una nueva familia de fármacos antirretrovirales, los inhibidores de la integrasa, que permite bloquear la capacidad del virus del sida de replicarse e infectar nuevas células. Los pacientes españoles ya se pueden beneficiar de este nuevo medicamento que, de momento, está indicado para aquellos que son resistentes a las terapias anteriores, es decir que no les hacían efecto, y para los que no había actualmente ningún tratamiento.

La integrasa es una enzima que el VIH usa para integrar su material genético (ADN) en el ADN de una célula huésped humana. Los fármacos existentes hasta ahora actúan sobre otras dos enzimas, la transcriptasa y la proteasa. Sin embargo, muchos pacientes son resistentes a una o a todas las familias de fármacos anteriores, por lo que la infección continúa progresando.

Esta nueva vía de actuación contra el VIH es, según los expertos, el avance más significativo en el tratamiento del VIH/sida en los últimos 12 años y abre nuevas posibilidades de calidad de vida para los pacientes españoles. El nuevo medicamento está indicado, en combinación con otros antirretrovirales, para el tratamiento de la infección por el virus del VIH-1 en pacientes adultos tratados previamente y que presentan signos de replicación viral.

El fármaco ha demostrado en ensayos clínicos su eficacia, su rapidez de acción y su favorable perfil de seguridad y tolerabilidad. En un programa realizado en el madrileño hospital Ramón y Cajal entre 25 pacientes, la aplicación de raltegravir evidenció su éxito en un 90% de los casos, ya que a 23 de los pacientes no se les detectó ninguna carga viral y, además, disminuyó de manera extraordinaria el riesgo de transmisión del virus. Así lo sostuvo el doctor Santiago Moreno, jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del mencionado centro sanitario, quien precisó, no obstante, que no se puede hablar de riesgo cero de transmisión, si bien ésta disminuyó de «forma extraordinaria» entre los pacientes analizados.

Moreno arguyó que el fármaco se ha demostrado «potente y eficaz», además de evidenciar su rapidez de actuación contra el VIH, como lo demuestra que puede lograr el control completo del virus en las primeras cuatro semanas en el mismo porcentaje de pacientes que otros fármacos logran a los tres o seis meses. Su tolerancia, además, es «excelente» y no tiene efectos tóxicos.

El doctor Federico Pulido, presidente de GESIDA (Grupo de Estudio del Sida de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología clínica), precisó que «cerca del 10% de los pacientes son resistentes a algunas de las tres familias de tratamientos antirretrovirales (TAR) de las que se disponía -inhibidores de la transcriptasa inversa nucleosídicos (ITIN), inhibidores de la transcriptasa inversa no nucleosídicos (ITINN) e inhibidores de la proteasa (IP)-. A su juicio, raltregavir tiene la ventaja de que pertenece a una familia nueva, «por lo tanto tenemos la confianza de que va a ser activo, y además se administra por vía oral, por lo que es un tratamiento cómodo para los pacientes».

Tercer hito histórico

Para Ferran Pujol, director de la ONG Hispanosida, este nuevo fármaco «puede devolver el ánimo y la confianza de los pacientes en los tratamientos, porque hay muchos en quienes la carga viral no se ha corregido a pesar de estar recibiendo medicación durante años, y este nuevo medicamento puede ser un motivo de optimismo».

El doctor Pulido subrayó que la primera gran «revolución» en la lucha contra el VIH se registró en 1996, cuando la toma de fármacos de tres en tres permitió que la enfermedad se cronificara y no murieran los pacientes. El siguiente hito fue en 2003, con la aparición de una nueva familia de fármacos, los inhibidores de la fusión en forma inyectable. Ahora surge el tercer «momento histórico» con la aparición de la nueva familia de los inhibidores de la integrasa, que es la que ofrece la «máxima probabilidad de eficacia», ya que el virus se hizo resistente en algunos casos a los anteriores fármacos. «Es la mejor alternativa a los fármacos de familias clásicas».