Vista de los líderes durante la sesión de clausura de la vigésima cumbre de la Liga Árabe celebrada en Damasco. /EFE
tras dos días de reunión

La Liga Árabe revisará su estrategia de paz con Israel

La vigésima cumbre de Jefes de Estado árabes se ha clausurado sin abordar el principal tema que les divide, la crisis política libanesa

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La vigésima Cumbre Anual de la Liga Arabe, marcada por la ausencia de Líbano y la no asistencia de los jefes de Estado como los de Egipto, Arabia Saudí y Jordania, ha concluido con una advertencia a Israel de que la vigencia de la conocida como Iniciativa Arabe dependerá de los gestos de Israel. Esta propuesta prevé el reconocimiento para Israel y la firma de acuerdos de paz a cambio del fin de la ocupación de los territorios tomados por Israel en 1967.

Los países árabes revisarán sus estrategias sobre la paz con Israel, explica el comunicado final, pero no especifica ninguna nueva opción que esté siendo barajada. "La continuidad de la parte árabe en la presentación de la iniciativa árabe está vinculada a que Israel cumpla sus compromisos en el marco de las resoluciones internacionales para lograr la paz en la región", continúa la Declaración de Damasco.

Los sucesivos gobiernos de Israel, sin embargo, no han mostrado interés alguno en esta propuesta, ya que implicaría el desmantelamiento de unos asentamientos en los que viven cientos de miles de judíos.

La declaración, leída por el secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, explica que los jefes de Estado árabes decidieron "evaluar y revisar las estrategias árabes y el plan de acción para la reactivación del proceso de paz como preludio a la decisión de los próximos pasos árabes". Aunque el texto no establece un calendario, Musa ha indicado que los ministros de Exteriores de la Liga se reunirán a mediados de este año.

La crisis libanesa

Con respecto a la crisis del Líbano, sin presidente desde noviembre pasado, ni siquiera se trató entre los Jefes de Estado. Tan sólo se ha hecho mención a esa crisis en el comunicado final de la reunión, la Declaración de Damasco, que insiste en la aplicación de la llamada "iniciativa árabe" para desbloquear la crisis, pese a que los detalles de esta propuesta despiertan profundas discrepancias entre los árabes.

El ministro de Asuntos Exteriores sirio, Walid Al Mualem, ha justificado la ausencia del problema libanés en la agenda de la reunión con el argumento de que los dirigentes rechazaron debatir este asunto sin que el Líbano estuviera presente. Sin embargo, a pesar de ser el gran tema omitido en los debates, la crisis libanesa ha sido el asunto que más ha marcado esta reunión gracias al continuo intercambio de acusaciones entre Siria y Arabia Saudí aunque durante la clausura de la cumbre, Damasco ha abogado por calmar los ánimos y apoyar la solidaridad árabe, que desea impulsar durante su presidencia de turno de la Liga.

En ese sentido, Mualem ha suavizado el tono cuando ha hablado de la influencia saudí, aliado del Gobierno libanés, para solucionar la crisis libanesa. "Sólo los esfuerzos sirios no son suficientes, tampoco lo son los saudíes. Hace falta un esfuerzo sirio-saudí que respalde a Amro Musa, y si no, (la crisis) permanecerá", ha dicho Mualem.

Por su parte, fuera de la sala donde se celebró la rueda de prensa en el hotel Ebla Cham, el representante permanente de Arabia Saudí en la Liga Árabe, Ahmed Qatan, ha condenado la insistencia siria en que Riad "tiene más influencia que los propios libaneses en la solución de la crisis libanesa". "¿Vamos nosotros al Líbano para resolver su crisis?" se ha preguntado Qatan en declaraciones a los periodistas.