'Toro blanco'
No suelo dedicar mis columnas (ni para bien ni para mal) a un solo jugador. Es verdad que dentro de alguna si he alabado o criticado al que, desde mi punto de vista, lo ha hecho bien o mal. Que no lo suela hacer, no significa que no lo haya hecho, que sí lo he hecho. Y toda esta parrafada es para decir que hoy también se la dedicó a un jugador en exclusiva. Hablo de Diego Rivas, y lo hago por dos motivos: el primero, por algo bueno, por la seguridad que tengo al saber que juega; y el segundo, por algo malo. Ayer vio la quinta cartulina amarilla y tendrá que cumplir un partido de sanción.
Actualizado: GuardarCon todo el respeto para el resto de compañeros, notaremos (al menos yo si lo haré) la baja de Toro Blanco ante el Sporting de Gijón. Es un jugador que no se arruga en ningún momento, que su presencia se nota y la notan los rivales. Porque no es ya sólo que corte balones, que lo hace, sino que no está exento de técnica para entregarla más tarde con un mínimo de calidad y que no sea un melón lo que mande.
Ayer incluso, para hacerlo más grande aún, terminó el partido tocado, y digo bien al decir terminó, porque pese a estar tocado acabó el encuentro como un jabato dejando a un lado sus dolencias.
De todas maneras, aun no pierdo la esperanza de que la tarjeta sea recurrida y no tenga que cumplir el partido de sanción la semana que viene. La verdad sea dicha, si la tarjeta se recurre lo lógico es que se la quiten. No hay ninguna intención de tocar con la mano el balón sino que el balón va a ella.
Por ese motivo, ojalá veamos a Diego Rivas en El Molinón, aunque la verdad es que será alargar la agonía, como se suele decir: pan pa hoy y hambre pa mañana. Porque con cuatro amarillas en algún momento verá la quinta y tendrá que perderse un partido.
Pero creo que es el peor momento para que se caiga de la lista de convocados por sanción al enfrentarnos a otro de los de arriba y por estar el Cádiz atravesando el mejor momento, por lo menos en cuanto a resultados se refiere, de toda la temporada. Y punto.
