Obras de ampliación del Hospital Costa del Sol / J.J.M.
Obras de ampliación del Hospital Costa del Sol / J.J.M.
SANIDAD

El agujero negro de la Sanidad andaluza está en Málaga

La Junta tiene en la Costa del Sol en sólo un radio de 80 kilómetros tres hospitales enquistados sin solución desde hace años

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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La Costa del Sol es el agujero negro de la Sanidad en Andalucía. En apenas 80 kilómetros, los que van desde Fuengirola a Estepona, el gobierno regional tiene tres hospitales enquistados desde hace años y sin aportar una solución decidida a los problemas. Desde 2008, que se firmó un convenio entre la Consejería de Salud y el Ayuntamiento de Mijas para la construcción de un hospital en la zona, nada se ha sabido de aquello. La misma espera lleva la ampliación del centro de Marbella, paralizado y en los tribunales. Por último, y como solución de emergencia, la negativa a construir un hospital en Estepona hace que otras administraciones, sin competencias, tengan que poner el capital y ejecutar la obra para que los ciudadanos puedan tener un servicio básico.

«Todos estos problemas nos muestran la diligencia con la que se gestiona la Sanidad en Andalucía», aseguraba Esperanza Oña, parlamentaria andaluza popular y alcaldesa de Fuengirola cuando el hospital de Fuengirola-Mijas comenzó a demandarse, desde entonces se ha erigido como una de las principales voces para la resolución de estos conflictos.

El que se antoja con una salida más compleja es la ampliación del Hospital Costa del Sol de Marbella. La obra de este centro hospitalario lleva paralizada desde 2008. Los intentos por reconducir la situación no han funcionado desde entonces. La empresa concesionaria para la construcción del proyecto está en los tribunales con la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la ciudad. Hasta siete litigios tienen abiertos las tres partes por diferentes motivos. Mientras los juzgados dirimen los puntos en los que no llegan a un acuerdo, las partes negocian para desbloquear una situación que han convertido la obra en un fantasma de ladrillo.

El último episodio de esta larga novela ha sido la amenaza de rescate que el consejero de Salud, Aquilino Alonso, profirió en Comisión Parlamentaria. Cuestionado por la ampliación del citado hospital, el consejero aseguró que la Junta de Andalucía está dispuesta a rescatar la concesión y a volver a sacar a concurso público la obra para darle un fin. Esto se haría, según el gobierno andaluz, si la empresa no llega a un acuerdo con las otras partes. Lo que obvió Alonso, al lanzar el ultimátum, fue detallar las consecuencias de ese rescate sin que los tribunales se pronunciaran sobre los pleitos que tienen abiertos las diferentes partes por la polémica ampliación.

Otro centro enquistado en el tiempo es el futuro de Fuengirola-Mijas. Trece años de demanda en un área de población cercana a las 200.000 personas. El Ayuntamiento de Fuengirola comenzó una recogida de firmas en el año 2002 y Manuel Chávez prometió la construcción en el 2003. Desde entonces todo se resume a una lucha desde los municipios –sobre todo Fuengirola– contra la Junta de Andalucía. El campo de batalla se trasladó al Parlamento de Andalucía, pero nada funcionó. Fuengirola cedió los terrenos, pero fueron rechazados porque Mijas «tenía otros mejores» que aún no se conocen. Al final, en 2008 la entonces consejera de Salud, María Jesús Montero, y el alcalde socialista de Mijas, Agustín Moreno, firmaron un convenio para la construcción, a partir del cual nada se ha vuelto a saber.

Ahora el actual consejero de Salud ha sellado un compromiso con Fuengirola para la recuperación de aquel convenio. Aquilino Alonso se reunirá, después ocho años de parálisis, con el alcalde de Mijas, Juan Carlos Maldonado, para reactivar la solución de esta infraestructura. Ahora la propia Junta de Andalucía dice, trece años después de la recogida de firmas, que este hospital es de «máxima prioridad» para la zona.

A tales niveles de prioridad no debe llegar el hospital de Estepona, puesto que el gobierno andaluz no está dispuesto a destinar un euro para su construcción. Sin embargo, el Servicio Andaluz de Salud firmará un acuerdo con el Ayuntamiento de la ciudad para que sea el propio Consistorio el que ejecute y sufrague las obras. José María García Urbano, alcalde de Estepona, fue desigando por el pleno para poder refrendar un convenio que faculta al gobierno municipal a pagar la construcción y urbanización de los terrenos, para que el ejecutivo andaluz, una vez acabada la infraestructura con fondos municipales, equipe y ponga en funcionamiento lo que debería ser un Centro Hospitalario de Alta Resolución (Chare).

La obra es una vieja petición de toda la comarca y no sólo de Estepona. Tras años de peticiones sin que nadie las escuchara, en 2007 salió a concurso la redacción del proyecto. Todo fue siguiendo los plazos establecidos y la edificación contaba ya hasta con licencia de obras desde 2008. Un año más tarde, el gobierno andaluz anunció una dotación de 16,9 millones y la contratación de las obras para hacer los equipamientos. Hasta que todo se truncó por causas desconocidas en 2011, cuando el actual alcalde del Partido Popular tomó posesión. Desde aquel entonces comenzó una lucha por la infraestructura que se resuelve cargando la cuenta al Ayuntamiento para que la Junta de Andalucía, que sacó a concurso el proyecto bajo el cartel de «urgente», pueda ofrecer un servicio básico a la población que no está dispuesta a pagar.

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