José Antonio Nieto, o la joven «arruga» política

José Antonio Nieto Ballesteros (Guadalcázar, 1970) es licenciado en Derecho por la Universidad de Córdoba, está casado y tiene dos hijos. Nació en el seno de una familia humilde de la pequeña localidad de la Vega. Su padre, camionero. La biografía de Nieto esconde el retrato de decenas de miles de jóvenes de la provincia que estudiaron en Córdoba y aquí se quedaron.

Viajaba cada mañana desde Guadalcázar al Instituto Averroes, donde hizo Bachillerato y el COU. Pasó por Derecho, donde se licenció. Pasó por el Sector Sur, cuando el barrio rezumaba ambiente académico con residentes y estudiantes de «La Normal».

Inició temprano su carrera política. Con 18 años, ya figuraba en las listas al Congreso de los Diputados por el CDS.

Adolfo Suárez como referente. Al poco pasó a formar parte del PP y entre 1995 y 1999 fue concejal de su localidad y asesor en la Diputación de Córdoba.

De Suárez a Aznar en los inicios

En su primer salto llegó a las tripas de las nuevas generaciones del PP en el fulgor de Aznar. Allí aprende mucho sobre la nueva politología y el márketing. De una experiencia interesante en una fundación que trabajaba con Iberoamérica desde Madrid, a Córdoba como asesor en el Ayuntamiento.

También ha ocupado, entre otros cargos, el de coordinador electoral regional del PP andaluz y vicesecretario general de Formación y Electoral del PP de Córdoba; número dos del partido en la provincia; portavoz en el Ayuntamiento de Córdoba y presidente provincial (desde 2006).

En las elecciones municipales de 2007 su partido fue el más votado en Córdoba, obteniendo el 43,96% y 14 concejales, pero un pacto entre el PSOE e Izquierda Unida, con 4 y 11 concejales respectivamente, le mandó a la oposición.

El éxito que cosechó en las de 2011 le llevó a la alcaldía. Consiguió la segunda mayoría absoluta en Córdoba desde la constitución de los ayuntamientos democráticos (la primera fue la de Julio Anguita, en 1983), con 16 concejales de los 29 que forman la corporación municipal y un 48,8% de los votos (79.493).

Mayoría absoluta como alcalde

Fueron cuatro años de cambios en el seno de Capitulares en pleno «Califato rojo» de IU. Recortes y crisis paralizaron un consistorio casi al borde de la quiebra cuando llegó a la Alcaldía. Se marchó con superávit, cuentas saneadas y una hoja de ruta para mejorar notables aspectos de la ciudad (no el paro, para el que prometió lo que no pudo cumplir).

Los malos resultados del PP en todas las ciudades también tuvieron su reflejo en Córdoba, donde no pudo sumar la mayoría absoluta ni con dos ediles de Ciudadanos. Pero en apenas año y medio ha pasado del pesimismo a la ilusión absoluta.

Talante moderado en las formas y el fondo, su progresión en política (cargada de legítima ambición y competencia) y la asunción de responsabilidades de gestión le han ido curtiendo. Ha sabido mantener buenas relaciones internas siempre.

Su juventud (46 años) pero a la vez su larga trayectoria política en Córdoba y Andalucía, especialmente, con buenas miras por parte del propio Rajoy, le hacían presagiar, tras la salida del Ayuntamiento (que le costó digerir) y conseguir el acta de diputado a Cortes en Madrid en las dos citas electorales últimas tareas más elevadas como así ha sido.

Funciones

De golpe y porrazo se topa con la única Secretaría de Estado del Ministerio del Interior, en manos de quien fuera su presidente regional, su compañero en el Grupo Parlamentario Popular andaluz (2008-2014) y un buen conocedor de las virtudes del dirigente cordobés, que sonó en su día para relevar a Zoido como máximo líder del partido en Andalucía.

La Policía Nacional, la Guardia Civil, la Dirección General de Tráfico (DGT), Instituciones Penitenciarias, la coordinación en clave internacional con todos los cuerpos de seguridad o el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado erán a partir de este viernes sus nuevas responsabilidades.