Rafael A. Aguilar - EL NORTE DEL SUR

Dance me to the end of world

El periodista cordobés Pablo M. Díez construye una apasionada historia de amor en el Japón devastado por el tsunami

Con el adagio de « Casablanca » siempre de fondo -« el mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos »- y el acompañamiento de la música de Leonard Cohen que aparece en las primeras páginas, el cordobés Pablo M. Díez , corresponsal en Asia de este periódico desde hace más de una década, acaba de publicar un libro que quema en las manos por su tensión narrativa y por su fuerza como testimonio periodístico y que lleva el título de « Fukushima mon amour » (Editorial Kailas). En el Japón devastado por el tsunami del final del invierno de 2011 un hombre y una mujer en la frontera entre la última juventud y la primera crisis de la madurez se rinden a una pasión correspondida -e infiel con sus parejas- mientras contemplan, bien desde el ventanuco de un refugio radiactivo o desde la habitación de un hotelito, cómo se desmorona el mito de un país hipertecnológico y orgulloso de su reconstrucción y de su progreso desde el golpe terrible de la Segunda Guerra Mundial .

Pablo podría haberse limitado, y le hubiera sido más fácil y menos arriesgado, a contar lo que vivió como cronista de ese suceso sirviéndose de su mirada de reportero de raza , pero él da un paso hacia la ficción -bueno, en realidad uno no sabe dónde termina su experiencia personal y dónde empieza a fabular: ya nos lo explicará- y también se atreve a un cierto ejercicio interior, porque en cada capítulo de esta historia deliciosa, precisa y trepidante late el espíritu tierno, valiente y hasta temerario de un tipo inconformista que entiende el periodismo como una forma de vida más que como un oficio. «Aquello era lo que más me gustaba de mi trabajo: que no sabía dónde iba a estar ni con quién un día cualquiera», confiesa el protagonista y narrador de esta novela, un intrépido enviado especial a la zona cero de una catástrofe natural que emprende el viaje desde su base en Pekín en compañía de una mujer comprometida que acaba de conocer y que busca a sus parientes en las proximidades de la planta nuclear nipona.

Esta crónica del fin del mundo , como él mismo la describe, trenza de un modo impecable los testimonios que recogió cuando cubrió la noticia hace siete años con una trama familiar y amorosa en la que encajan sin que chirríen descripciones muy valiosas del apocalipsis tras el terremoto y abundantes elementos para el debate de la seguridad nuclear y los límites o la ética de los avances tecnológicos. Con pasajes memorables como el recuerdo de una abuela víctima del desastre natural reciente que vio desde su escuela en Hiroshima cómo se aproximaba el avión que dejó caer la bomba atómica o un encuentro sexual surrealista bajo los escombros de Fukushima, el texto de Pablo destila desde el principio al fin literatura de altura levantada desde la perspectiva audaz de un romántico hombre de acción .

Veo que me queda una línea para darle la enhorabuena : ahí la llevas.

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