'Purito' Rodríguez, a su llegada a meta. / REUTERS
Un especialista contra el reloj conoce de memoria la rutina de uno de esos días en los que sabe que terminará solo frente a la carretera, cubriendo kilómetros en esa lucha eterna entre el ser humano y el tiempo. Solo que en esta ocasión, el tiempo era vital para conocer el futuro que les puede esperar a los cuatro mejores corredores de esta Vuelta a España en la montaña.
El sueco Fredrik Kessiakoff, de 32 años, que ya le ganó una contrarreloj a Cancellara en la pasada Vuelta a Suiza y que llega al mundo de la carretera procedente del mountain bike, en el que llegó a ser bronce mundialista, ganaba la etapa, mientras que Joaquim Rodríguez, por un segundo, mantenía el maillot rojo
Las dudas suelen asaltar a quienes son menos especialistas, como Joaquim Rodríguez, que no quiso dar por perdida de antemano la batalla contra el crono y eso le ha permitido seguir en lo más alto de la Vuelta. Perdía 59 segundos con Alberto Contador y mantenía, ¡por un segundo!, el liderato. Valverde le sacaba ocho segundos y Froome, 37. Unos tiempos que solo han sido posibles por esa crono tan especial, con una subida larga al puerto de Castrove, y una bajada que permitía mantener las diferencias logradas en el alto prácticamente hasta la meta.
Lo explicaba ‘Purito’. «Ha habido momentos en los que me hubiese gustado ir más deprisa, pero desde el coche me han regulado muy bien y ahora se lo agradezco. Si no lo hubiese hecho, tendría las piernas más destrozadas de lo que las tengo», decía un Joaquim al que se le notaba la alegría de seguir de líder, un puesto que solo él pensaba en seguir manteniendo.
Lo único que había conseguido hasta este miércoles, al menos en el Giro, era minimizar los destrozos de su rendimiento, de su cuerpo en las cronos. Sabe que lo que antes era un batalla perdida con sus 55 kilos de peso, que le dejaba a merced del viento, de las largas rectas, en un terreno como el de Galicia, le permite sobrevivir.
Su alivio ha sido que las rutas gallegas son retorcidas, que había un puerto de tercera categoría y que un hombre como Froome no podía utilizar los grandes desarrollos a su antojo, lo que unido a la fatiga que parece acumular hizo que todo se igualase.
Lo de Alberto Contador no fue un problema de desamor con el esfuerzo en solitario. Fue campeón de España juvenil contrarreloj con un peso de 60 kilos. Atesora una difícil dualidad, la de ser un gran escalador y realizar muy buenas contrarrelojs. Una virtud solo al alcance de un privilegiado.
Contador quería ganar la etapa: «Lo importante es el resultado de la crono y las sensaciones que he tenido más que el maillot rojo. La Vuelta ha comenzado hoy. ‘Purito’ ha hecho una grandísima contrarreloj. Sigue quedando mucha Vuelta. Hasta ahora hemos tenido clásicas de un día. En Asturias será otra cosa».
También Valverde ha vivido siempre con la duda que le generan este tipo de situaciones. Es de los que logró cumplir, sin enterrar el tiempo que había ganado en otros terrenos en cuarenta kilómetros. «Era una contrarreloj que no me venía mal y la he aprovechado. Sin el tiempo que perdí en Valdezcaray sería líder, o casi, pero hay que mirar hacia adelante».
Y nos queda Froome. La estadística decía que solo su compañero Bradley Wiggins había podido con él en el Tour, porque en la Vuelta del año pasado no lo había hecho. Froome es un caso parecido al del Contador, aunque conviene matizar: no se sabe sí se defiende mejor en las cronos o en las subidas. Contador es más escalador que él, con la ventaja de pesar trece kilos menos, que en puertos duros es una ventaja suplementaria que puede resultar decisiva.
Froome se encontró con una contrarreloj que no había visto ni en la Vuelta a España del año pasado, ni en el Tour de este. No había largas rectas y al final se ha cumplido lo que él pensaba. «Les iba bien a ‘Purito’ y a Valverde y lo han aprovechado. Contador ya sabía que era un buen especialista», explicaba el inglés.
En los diez kilómetros de subida que había los tiempos de los cuatro magníficos estuvieron muy igualados. De hecho, en el alto, las diferencias eran mínimas. Contador le sacaba 14 segundos a Froome y 33 a Valverde, mientras que ‘Purito’ perdía 52 segundos. Donde le recortó tiempo el líder fue bajando. Se la jugó y le salió bien. ¿Hubiera sido mejor para él perder el primer puesto y descargarse de tensión? A los ganadores lo que les gusta es seguir haciéndolo, y el maillot rojo lo es.
