EXPERIENCIAS

Un domingo en Utrera, un placer para todos los sentidos

Esta localidad sevillana cuenta con importantes monumentos, una apasionante historia y suculentas propuestas gastronómicas

La ciudad de Utrera se encuentra 22 kilómetros de Sevilla y ofrece numerosos atractivos para los visitantes A.F.

Alberto Flores

A poco más de veinte kilómetros de la capital y con un cómodo acceso ya sea en tren de cercanías o a través de la autovía A-376, se encuentra una de las joyas de la provincia de Sevilla. La orgullosa y bella ciudad de Utrera cuenta con un buen ramillete de atractivos de diversa índole, lo que la convierten en un destino perfecto para disfrutar con los cinco sentidos de una agradable jornada de domingo.

Se trata de una localidad con una esplendorosa historia, marcada principalmente por su posición estratégica, entre los principales caminos que históricamente han unido Sevilla y Cádiz y con muchos e interesantes monumentos que sorprenderán al visitante. Utrera es un lugar de obligada visita para los amantes del flamenco, ya que en esta tierra nacieron y crecieron artistas como Fernanda y Bernarda, Enrique Montoya o Bambino. Está considerada por muchos especialistas como la cuna del toro bravo y es famosa en España entera por sus dulces, en especial por los mostachones. Utrera es historia, es arte, es flamenco, es tradición y es por supuesto un delicioso destino. ¿Te animas a preparar la visita?

El santuario de Consolación es uno de los templos más conocidos de Utrera A.F.

Toda visita en Utrera debe comenzar en el santuario de Consolación, el hogar de la Virgen de Consolación, conocida de manera cariñosa como ‘la del barquito en la mano’ y que hasta el siglo XVIII fue el punto de atracción de una importante romería que atraía a miles de personas. El santuario a día de hoy sigue manteniendo un sabor muy especial, con piezas muy destacadas como por ejemplo su artesonado y el recientemente restaurado retablo mayor. Un templo en el que se percibe de manera clara la vocación americanista de Utrera, que fue un punto crucial desde el siglo XVI en la ruta que unía por tierra Sevilla con los puertos gaditanos.

Disfrutando de la amplitud y la vegetación del paseo de Consolación, el visitante poco a poco irá llegando al casco histórico de la ciudad, donde no puede perderse en primer lugar la visita a la casa Surga, una excepcional casa palacio del siglo XVIII, que ha sido convertida en un moderno centro cultural gracias a una original restauración. Poco a poco, casi sin darse cuenta, el caminante se encontrará con las siluetas inconfundibles de las torres de las iglesias de Santa María y Santiago , lugares imprescindibles para los amantes de la arquitectura y el arte, auténticas catedrales para los utreranos y que crecieron a lo largo de los últimos siglos al calor de pleitos históricos para dilucidar cuál de las dos era el templo que se fundó antes, una incógnita que a día de hoy sigue sin resolverse.

La plaza del Altozano es el espacio más emblemático del centro de Utrera A.F.

Un paseo por el casco histórico de la ciudad en el que no pueden faltar hitos como el callejón del Niño Perdido –situado en la antigua judería de Utrera y donde se está investigando la posible existencia de una antigua sinagoga-, la plaza del Altozano –el corazón de la vida actual de la ciudad- o la plaza Enrique de la Cuadra. Utrera cuenta con un importante número de monumentos para visitar , entre los que se pueden destacar el Castillo, la iglesia de Los Dolores, el Arco de la Villa o fantásticas casas solariegas.

Un destino con sabor

Lógicamente después de tanto caminar llega el momento de disfrutar con la atractiva oferta culinaria que tiene Utrera, un destino en el que existen magníficos bares y restaurantes. Como aperitivo no puede faltar un plato genuinamente utrerano como son los conocidos ‘locos’. Se trata de una especie de filete ruso, que nació en la década de los años 60 del pasado siglo XX, concretamente en el añorado bar ‘La Paella’, que ya no existe en la actualidad. Hoy día, establecimientos como ‘Casa Valentín’ o ‘Casa Basilio’ son los mejores lugares para disfrutar de esta tapa típicamente utrerana, que han mantenido la esencia de esta curiosidad gastronómica.

Una gastronomía que está basada en los productos de la tierra, donde tampoco se pueden dejar atrás las aceitunas gordales, ya que las tierras utreranas están marcadas por un inmenso mar de olivos que ofrece exquisitos frutos. Otro de los platos típicos de la localidad es la cola de toro, que se puede degustar por ejemplo en otro de los templos gastronómicos de la ciudad como es ‘Restaurante la Brasa’.

El mostachón es un dulce utrerano conocido en todo el mundo A.F.

Capítulo aparte merece la repostería utrerana, ya que si algo ha hecho mundialmente famosa a Utrera son sin lugar a dudas sus dulces, entre los que destacan especialmente los mostachones. Los especialistas e historiadores coinciden a la hora de afirmar que se trata de una receta de origen árabe , que fue guardada por algunas conversas que fueron internadas en los conventos y que posteriormente pasó a la gastronomía popular.

Por ello en Utrera existe una espectacular tradición pastelera, que se ha ido transmitiendo de generación en generación, con una variedad que hará las delicias de los más golosos: mostachones, lenguas de nata, brazos de gitano, sultanas, magdalenas, carmelas… Las principales Confiterías –Reyes, Cordero, Segovia y Diego Vázquez-, se encuentran localizadas en el centro de Utrera. Además, las cafeterías utreranas permiten degustar en sus terrazas, realizando una mínima consumición, los dulces adquiridos previamente en las confiterías.

Un lugar con mucho arte

Utrera es una ciudad con compás flamenco, ya que en esta tierra nació una generación de artistas que marcó una auténtica época en este arte. Nombres inolvidables como Fernanda y Bernarda, Enrique Montoya, Bambino, Perrate, Curro de Utrera o Gaspar de Utrera, se criaron en las calles de la ciudad y sus voces fueron producto del legado que recibieron en Utrera.

El grafiti que la ciudad le ha dedicado recientemente a Bambino A.F.

Los amantes del flamenco pueden sentir esta dimensión especial visitando algunos de los monumentos que la ciudad le ha dedicado a sus principales figuras, como es el caso de las estatuas a Enrique Montoya –en la plaza de la Constitución-, de Bambino –en la plaza de la Trianilla-, a Fernanda y Bernarda –en la plaza Ximénez Sandoval-, a Perrate de Utrera –en el Castillo- o el reciente grafiti dedicado a Bambino en la calle Cristo de los Afligidos.

Utrera en definitiva es un destino que cuenta con un amplio ramillete de atractivos, una ciudad acogedora, que se puede recorrer fácilmente caminando y que posee una historia apasionante y una agenda cultural muy dinámica. Una serie de atributos que pueden servir para que un domingo cualquiera en Utrera se convierta en un placer para disfrutar con los cinco sentidos.

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