JUEGOS OLÍMPICOS DE INVIERNO

PyeongChang 2018: lo que no se ve en la tele de los Alpes de Asia

Conocido como los «Alpes de Asia», el condado de PyeongChang es un popular destino turístico entre los aficionados surcoreanos al esquí

Jornada de freestyle en los Juegos Olímpicos de Invierno Pyeongchang 2018 AFP PHOTO / Christof STACHE
Pablo M. Díez

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Hasta el día 25, Corea del Sur celebra los XXIII Juegos Olímpicos de Invierno en el condado de PyeongChang , a 160 kilómetros al sudeste de Seúl y solo 80 de la frontera cerrada con el Norte en la provincia costera de Gangwon. Por segunda vez en su historia, este país del nordeste de Asia acoge una cita olímpica tras el éxito que supusieron los Juegos de Verano en Seúl 1988, que contribuyeron a su democratización. En esta ocasión, los Juegos de Invierno están ayudando a la distensión con el Norte, como ya se ha visto con el desfile de los dos equipos bajo una misma bandera en la inauguración y la histórica visita de la hermana del dictador Kim Jong-un .

Al margen de tales implicaciones políticas y de los récords olímpicos que marquen los deportistas, estos Juegos suponen una magnífica oportunidad para descubrir uno de los rincones más bellos de Corea del Sur . El condado de PyeongChang, escrito así para distinguirlo de la capital norcoreana, Pyongyang, se alza a 700 metros sobre el nivel del mar en las nevadas montañas de Taebaek . Conocido como los «Alpes de Asia» , es un popular destino turístico entre los aficionados surcoreanos al esquí. Con más de 40.000 habitantes repartidos por sus 1.465 kilómetros cuadrados, PyeongChang es la sede para los deportes de nieve, mientras que la ciudad de Gangneung, en la costa a media hora en coche, acoge los de hielo.

Dos esquiadores en las instalaciones de Pyeongchang
Dos esquiadores en las instalaciones de Pyeongchang - AFP PHOTO / Martin BERNETTI

Alrededor del Estadio Olímpico de Daegwallyeong , el desmontable recinto pentagonal para las ceremonias de inauguración y clausura, funcionan las estaciones de esquí de Yongypyong, Alpensia y Jeongseong , donde tienen lugar las diferentes pruebas de este deporte. Con una población que supera las 200.000 personas, la ciudad de Gangneung alberga los estadios para otras disciplinas como patinaje, hockey sobre hielo o «curling», esa especie de petanca que se juega barriendo con escobas la superficie congelada.

«Los Juegos Olímpicos son una magnífica oportunidad para que Corea del Sur se dé a conocer más en el mundo y demuestre que, a pesar de la tensión con el Norte, es un país seguro », explica Kevin López, elegido por el comité organizador como embajador honorario de España. Casado con una surcoreana, con la que tiene dos hijos, su misión es recorrer PyeongChang para promocionar los Juegos en las redes sociales.

Durante estos días, una de las principales atracciones turísticas de Daegwallyeong es el festival de hielo instalado alrededor del estadio y su popular calle de tiendas y restaurantes. Con la torre para los saltos de esquí sobresaliendo al fondo entre blancas montañas pobladas de abetos, esta pequeña localidad tiene todo el sabor de una estación alpina.

Pero los encantos de PyeongChang no se quedan solo en la nieve, ya que por todo el condado se pueden hacer las más variadas excursiones. Desde ir a pescar truchas en sus limpios ríos hasta visitar el templo budista de Woljeongsa , rodeado por un bosque milenario. En su idílico valle, la meditación que acompaña a la ceremonia del té es inevitable. Por su parte, el templo de Naksansa, abajo en la costa ante el Mar de Japón, ofrece uno de los amaneceres más espectaculares de Corea, que lo llama Mar del Este.

Otros lugares dignos de visitar en la provincia de Gangwon son la pequeña playa de Chuam , que se abre entre los acantilados, y las cuevas de Daegeumgul, que tienen hasta cascadas y lagos interiores. En el extremo opuesto, el Gran Cañón de Corea del Sur ofrece una visión de vértigo desde el mirador con suelo de cristal que se adentra once metros en el vacío a sus casi 600 metros de altura.

Ceremonia de apertura de los Juegos en el Estadio Olímpico de Daegwallyeong

Para los aficionados a la gastronomía, en esta provincia hay que probar su famoso pollo de Gangjeong en el mercado de Sokcho, así como sus pescados a la parrilla y sus salchichas a la norcoreana. Y, precisamente hasta este país, el más hermético y aislado del mundo, puede asomarse uno desde Gangwon, que linda con la Zona Desmilitarizada que divide a las dos Coreas en el Paralelo 38. Junto al museo sobre la guerra de Corea (1950-53), el castillo de Hwajinpo ofrece un interesante viaje al pasado. Entre 1948 y 1950, esta villa de estilo europeo construida por misioneros alemanes frente al mar fue la residencia de verano de Kim Il-sung, el fundador de Corea del Norte y abuelo del actual dictador. Mientras el Sur luce su progreso con sus segundos Juegos Olímpicos, hay cosas que no cambian al otro lado del Paralelo 38.

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