Cayetano y Ponce salen a hombros de la plaza
Cayetano y Ponce salen a hombros de la plaza - fotografías: jesús emilio ríos

Ponce y Cayetano, a hombros por Asprona

Abren la Puerta Grande tras cortar tres y dos orejas. Perera deja los momentos más emocionantes

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La corrida en beneficio de Asprona logra llenar «La Chata» de Albacete para ver a dos figuras del toreo como Enrique Ponce y Miguel Ángel Perera, y a un tercer espada muy mediático, Cayetano.

Ahora que se acaban de constituir los ayuntamientos, y algunos alcaldes han mostrado sus malas intenciones hacia la fiesta de los toros, conviene preguntarles: ¿cuántos espectáculos consiguen que 12.000 personas inviertan su tiempo y dinero en una buena causa? Dicho de otro modo: de no ser por los toros, ¿hubiera conseguido Asprona recaudar tantos miles de euros para echar una mano a los discapacitados intelectuales y a sus familias en la provincia de Albacete? Los toros y Asprona llevan ennoviados desde 1969. Ya van 46 años y 45 ediciones.

Sobran más explicaciones.

Enrique Ponce, historia viva de este arte, celebra sus 25 años de alternativa en plena forma. Tras el ídolo local Dámaso González, Ponce es quien más veces ha toreado la de Asprona (con la de ayer, son diez). El primer toro, «Papelero», merece que lo echen a la papelera por su poca fuerza. Enrique lo lleva a media altura, sujeto con alfileres porque, si no, se cae. Ponce logra buenos derechazos, algunos muy largos, sin ninguna emoción por las veces que rueda el burel. Son preciosos un cambio de mano y varios de pecho. Al final, logra enroscárselo entre la ovación del público. Estocada caída y oreja.

El cuarto, negro listón, se lo saca Enrique a los medios con doblones. Con la derecha, las tandas son un poco insulsas debido otra vez a la poca fuerza de su oponente. Los naturales son de uno e uno, y el toro se queda corto. Ponce se empeña con «Defensivo», pero falta profundidad a la faena. El toro ha puesto una muralla, está a la defensiva. El torero echa valor e, incluso, se pone de rodillas y de espaldas frente al toro, en un desplante que levanta un clamor. Ese arrojo y una estocada casi entera, además de la puntilla, hace que el público pida las dos orejas con fuerza.

Miguel Ángel Perera viene en sustitución de José María Manzanares, zarandeado en Granada hace una semana y todavía convaleciente. El año pasado, Perera fue el gran triunfador de la temporada y la afición de Albacete le quiere mucho. En 2013 indultó a «Pescadero» y hace unos meses cortó un rabo en el festival de la Cumbre Internacional de la Tauromaquia.

Con el segundo toro, «Exclusivo», Perera está muy bien con el capote: empieza dando verónicas en tablas y acaba en el platillo con tres chicuelinas y una media muy aplaudida. Más chicuelinas mezcladas con tafalleras en un buen quite. Con el inicio de faena se produce el mejor momento de la tarde. Miguel Ángel, imperturbable en el centro del ruedo, hace el poste con sus habituales pases cambiados. El primero le roza el vestido y la tanda acaba con la plaza puesta en pie. Pero en seguida el toro empieza a colarse y a protestar, engancha la muleta y pega gañafones. Muy poco a poco, Perera consigue que pase el morlaco, pero al final el toro huye a tablas y allí lo tiene que matar. Estocada baja y trasera, con descabello, y oye un aviso. Petición insuficiente y ovación con saludos.

El quinto pierde las manos en los primeros lances y, tras el tercio de varas, se tumba. El público pide al presidente que cambia el animal y acaba abroncando su tardanza. El sobrero tiene justo trapío y en varas patalea, se intenta quitar la puya. Perera brinda a los jóvenes de Asprona y ellos se ponen tan contentos con su montera. En el primer pase, el sobrero derrapa como si tuviera una colchoneta en la que echarse y nada más levantarse va otra vez al suelo. Es un inválido. Perera lo descabella al tercer intento. Ovación por su esfuerzo.

Más guapo que olés

Cayetano Rivera Ordóñez es un torero de dinastía. Hijo de Paquirri, nieto de Antonio Ordóñez y biznieto del Niño de la Palma, este año ha vuelto a los ruedos, junto con su hermano Francisco, tras tres de ausencia. Hasta ahora ha tenido más nombre que triunfos.

El tercero por fin aprieta en el caballo, al que empuja contra el burladero. Quite por tafalleras de Cayetano, emocionante comienzo en tablas y, de rodillas, algún buen cambio de mano, pero la faena va a menos. Le gritan más guapos que olés. Torea a media altura y quizá al toro se le podría bajar la mano. Estocada trasera tirándose de verdad, con descabello. Oreja protestada.

El sexto es el de más peso, 582 kilos, y eso se nota. Cayetano lo recibe con una larga de rodillas y buenas verónicas. Empuja en el caballo otra vez contra el burladero y el público aplaude al picador, Luciano Briceño. En el quite reta al morlaco echándole la montera a la cara y luego le pega una larga que engancha con gaoneras algo atropelladas. Muy bueno el comienzo de faena, con cuatro pases por alto, un cambio de mano y el de pecho. Logra derechazos que remata de rodillas, pero con la izquierda el toro dice tururú. A mitad de función, el toro se raja y Cayetano lo sujeta en el tercio. Ahora los muletazos son de uno en uno. Al final hay más puesta en escena, con el torero tocando el pitón, que otra cosa. Pinchazo, estocada y oreja.

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