Recreación virtual de la pasarela de Santa Ana
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Page reclama a la CHT dos pasarelas sobre el río Tajo

El alcalde asegura que estos pasos colgantes para peatones serán una «revolución»

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Para el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page, el río Tajo todavía sigue vivo, a pesar de las toneladas de suciedad y basura que acumula a su paso por la capital de Castilla-La Mancha. Ejemplo de esa inmundicia es el estado de las riberas junto al campus universitario de la Fábrica de Armas, orillas que son responsabilidad de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT), que las ha dejado abandonadas a su suerte.

Contaminación aparte, García-Page reclamó ayer a la CHT que construya dos pasarelas para peatones sobre el río. Puentes de madera, integrados en el paisaje, que serán una «revolución» para revitalizar todo el entorno de La Cornisa, las zonas que se encuentran en las maltrechas riberas y el entramado central del casco antiguo.

«Rompería el aislamiento de un cuarto de la ciudad situado en el entorno del río», aseguró ayer el alcalde.

Inundaciones

Estas pasarelas colgantes se levantarían entre los puentes de Alcántara y San Martín, una en los Molinos de Santa Ana y otro en el Pontón de Saelices. Estas actuaciones, según el regidor municipal, permitirían una conexión peatonal entre la Senda Ecológica y la Ronda del Valle. En Saelices, junto a la Barca de Pasaje, el entronque con el Valle se realizaría a través de la calzada romana, mientras que en Santa Ana se subiría por el camino que ya existe.

Los soportes de las pasarelas se instalarían en tierra firme sobre las orillas, tres o cuatro metros por encima del agua y sin ningún apoyo dentro del río. Esto último propiciaría que hubiera un amplio y único ojo en cada pasarela que quitaría peso a las estructuras de madera y evitaría también problemas de inundación en caso de crecidas. Precisamente ese diseño eleva el coste de los dos puentes, en torno a 700.000 euros cada uno, según explicó el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo, Javier Nicolás.

Pero estas dos infraestructuras no son ideas recientes. Al contrario, se incluyen en el proyecto «Take me to the river», del estudio «Burgos&Garridos», que en 2009 ganó el concurso internacional para la integración del río en la ciudad, convocado por la CHT. Por eso el alcalde recordó que las dos intervenciones que reclama están comprometidas desde entonces por el organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Aunque la CHT tiene la última palabra para llevar a cabo estos pasos elevados, el concejal de Urbanismo se mostró ayer muy optimista. «En 2015 podremos cruzar el río por estas dos pasarelas», afirmó.

Tanto el alcalde como Nicolás y la concejal de Cultura y Patrimonio, Rosa Ana Rodríguez, coincidieron en que las pasarelas revitalizarían las riberas en esos tramos, facilitaría las visitas al río y se protegería al propio Tajo.

Además, se «profundizaría en el histórico anhelo de la población toledana de acercar el Tajo a los ciudadanos, en lugar de vivir de espaldas a su principal recurso natural», según recalcó García-Page. «Estas infraestructuras supondrán una revolución en la movilidad de la ciudad al conectar la Senda Ecológica con la Ronda del Valle», en palabras del regidor municipal.

El PP, sorprendido

Las primeras críticas al anuncio del alcalde llegaron desde la oposición tres horas después. Fuentes del PP municipal se sorprendieron de que el alcalde pida «a otros que hagan pasarelas mientras las que él hace o están mal hechas o son obras desorbitadas. En su día Page hizo una que se disparó de precio y la otra tiene problemas de accesibilidad».

En este último caso que citaban, los populares se referían a la pasarela sobre la N-400 que comunica el barrio de Santa María de Benquerencia con el Polígono Industrial de Toledo. «La gente no puede acceder a ella si no es cruzando la carretera», afirman desde el PP.

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