Rescatan de su piso a un hombre en un extremo estado de abandono

El hospital Virgen de la Salud de Toledo ha hecho un llamamiento a la Policía Local y a la Policía Nacional para que localicen a algún familiar de Manuel, un hombre de 61 años rescatado de su vivienda en un extremo estado de inanición y deshidratación severa, que continúa en una situación clínica muy grave.

Manuel vivía solo en el segundo piso del número 13 de la Subida de la Granja, donde llevaba un año y medio sin suministro eléctrico ni agua corriente, según cuentan los vecinos. Sus padres, ya fallecidos, habían residido en ese piso en régimen de alquiler, donde Manuel continuaba alojado. Sin embargo, vivía en unas condiciones insalubres y comía gracias a la caridad de sus vecinos, que fueron quienes alertaron este jueves por la tarde a la Policía (Local y Nacional) porque llevaban dos días sin saber de él.

Se intentó abrir la puerta del piso con otras llaves, pero fue infrustuoso, la puerta estaba cerrada por dentro. Ante las sospechas de que Manuel podría estar en peligro, los policías decidieron avisar a los bomberos.

Cuando los bomberos y la Policía entraron en el piso, se dieron de bruces con un panorama desolador: mucha suciedad de todo tipo y restos de comida por toda la casa.

A Manuel lo encontraron en una habitación, tirado en el suelo a los pies de la cama y en posición de cúbito supino. Para localizarlo, los bomberos y los agentes se tuvieron que ayudar de liternas, puesto que la vivienda estaba a oscuras (solo había unas velas ya consumidas encima de los muebles, con las que Manuel se había alumbrado en otras ocasiones). Los salvadores de Manuel, que presentaba un aspecto famélico, comprobaron que estaba vivo, por lo que se solicitó una UVI.

Su traslado al hospital Virgen de la Salud de Toledo fue inmediato, después de una primera valoración médica, ya que el estado de salud de Manuel era muy delicado, según los vecinos.

Pese a su estado, Manuel tuvo fuerzas para decir con dificultad en varias ocasiones que lo único que quería era reunirse con sus padres en el cielo, algo que evitaron sus vecinos, los bomberos, a la Policía Local y a la Policía Nacional.