El presidente de la Diputación de Toledo posa para ABC en un balcón del Palacio de la plaza de la Merced
El presidente de la Diputación de Toledo posa para ABC en un balcón del Palacio de la plaza de la Merced - LUNA REVENGA
ENTREVISTA a Álvaro Gutiérrez Presidente de la Diputación

Gutiérrez: «Hay que recuperar la normalidad y el sentido común en la Diputación»

El desarrollo de políticas sociales será una de sus prioridades. Álvaro Gutiérrez piensa que el anterior equipo de Gobierno se olvidó de las necesidades reales de los ciudadanos

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Iusionado y consciente de la responsabilidad que asume, el socialista Álvaro Gutiérrez Prieto (Toledo, 1970) dirigirá en la Diputación de Toledo «un nuevo tiempo político en el que impere el sentido común». Este abogado de 45 años, alcalde de Escalona, es una persona coherente y moderada, además de sensata en sus planteamientos. Muy amigo del nuevo presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, no pudo reprimir la emoción el día en que juró el cargo. «Después de cuatro años de mucha lucha y a pesar de la política de acoso y derribo del estado del bienestar y de difamación y persecución contra él, me emocionó verle tomando el mando de la región».

—Su primera medida ha sido anular el cierre del centro de día del Alzheimer, una de sus batallas en los últimos cuatro años en la oposición.

—Hemos tenido varias batallas a lo largo de estos cuatro años, algunas muy significativas y duras. Lo del centro de día y la Residencia Social Asistida, es una batalla absolutamente justa. Hay batallas sociales que son justas porque lo que defienden es la justicia social y a mi me parece que en este caso era de absoluta justicia que personas con determinadas necesidades, que no tienen quienes les defiendan no fueran solamente desatendidos es que eran maltratados, una inmoralidad absoluta. En ese centro se les da una atención muy específica y profesional. Y no solamente hemos decidido paralizar el cierre cuya lucha estaba protagonizada no solamente por el Grupo Socialista sino por las familias de los residentes y por los profesionales y trabajadores, sino que ya hemos iniciado el procedimiento de apertura de nuevos ingresos y apertura de la lista de espera que era una batalla también importante de los trabajadores y profesionales. Es una de las cosas de las que me siento particularmente satisfecho

—Otra lucha ha sido la creación de planes de empleo, que siempre rechazó el equipo de Gobierno de García-Tizón.

—Sí, durante cuatro años hemos estado pidiendo continuamente y se nos ha estado negando. A cada petición una negativa, planes de empleo en colaboración con los ayuntamientos para paliar una situación tan desesperante como es tener un 30 por ciento de parados en la provincia y si hablamos de paro juvenil, es superior al 60 por ciento. Eso era inadmisible y que la Diputación de Toledo tuviese dinero y no lo quisiese invertir en planes de empleo y en dar una oportunidad de trabajo, de tener salarios, en definitiva, de tener dignidad, pues la mayoría de la gente no quiere limosna, quiere sentirse útil y que los ingresos de su familia procedan de una actividad. Los del PP decían que se podía vivir con 426 euros. Es una cuantía ridícula. Durante toda la legisltura han tenido la poca alma de negarnos una y otra vez los planes a pesar de las 100.000 personas sin trabajo en la provincia de Toledo y 40.000 familias en las que no hay ni un solo ingreso.

—Por eso en su discurso de investidura detalló que su prioridad iban a ser los ciudadanos, ¿se había olvidado de ellos el anterior Gobierno?

—El anterior presidente y su equipo de Gobierno se olvidaron de los ciudadanos, se olvidaron de las necesidades reales de la gente y se emplearon en políticas absurdas, de caprichos, de traer animales exóticos a una finca como es El Borril, de comprar calesas, de gastarse millones de euros en un embarcadero, un proyecto paralizado hoy por la justicia, es que esa no es la política. Cuando una administración no está para atender a los ciudadanos, o la administración o los gobernantes de esa administración no sirven, hay que acabar con ese gobierno democráticamente o con la propia institución. He llegado a comprender en algunos momentos a los que decían que la Diputación de Toledo era una administración que debía desaparecer. Comprendo a quien no tiene trabajo, a quien no puede proporcionarle a sus hijos alimentos, a quien no puede pagar la hipoteca, quien no puede pagar la luz, a quienes desahucian. ¿Cómo va a pensar que la Diputación es útil al ciudadano si en lugar de emplear dinero, habiéndolo, en darles una oportunidad de trabajo se lo está gastando en hacer un palacio para lobos o en un embarcadero absolutamente presdindible? El anterior equipo de Gobierno perdió la perspectiva ciudadana, perdió el norte en ese se sentido. Aquí estamos para ayudar a los ciudadanos, tenemos que hacer políticas sociales, políticas útiles, de emergencia social y tantas y tantas cosas encaminadas a servir al ciudadano.

—Y en una etapa nueva, como ha dicho, en la que predominará el acuerdo, el entendimiento, la transparencia...

—El acuerdo es muy bueno, siempre he sido partidario de los acuerdos los consensos, el diálogo, hay veces que no se puede porque las posiciones son distintas y no siempre se va a coincidir en los planteamientos por mucho esfuerzo que se haga. El diálogo tiene que ser algo básico. A mi me parece que se abre un tiempo nuevo que te obliga a acordar y eso es bueno para la ciudadanía. Unas formas nuevas de hacer política que te obligan a dialogar y a sentarte y consensuar. Me parece extraordinario, no le tengo ningún miedo a gobernar de esa manera, al revés, puede ser muy útil a la ciudadanía.

—¿Tiene mucho que ver el hecho de que hayan entrado otras formaciones políticas como IU y Ciudadanos en la Diputación?

—El hecho de que entren otros grupos significa que necesariamente hay que acordar pero eso no significa que incluso con mayoría absoluta no se pueda dialogar. En el ayuntamiento de mi pueblo tengo una mayoría muy cualificada, el 80 por ciento de los votos y 9 de 11 concejales y aún así no me gusta imponer, quienes van a los plenos saben perfectamente que soy una persona dialogante, tolerante que me gusta llegar a acuerdos, a veces es imposible y entonces sí que hay que usar esos votos de la mayoría, así es la democracia.

—¿Y la política de Personal? También denunciaron irregularidades

—Las irregularidades acompañadas de soberbia nos llevan a situaciones como las que se han dado aquí con el tema del Personal. Hemos pagado millones de euros en indemnizaciones por despidos irregulares, es que eso no se puede plantear porque los despidos fueron por soberbia. Primero los trabajadores del Dipucamina, luego los del Provincial, de la propia Diputación. Todos han sido recurridos y ganados por los trabajadores, es que no hay ni un solo despido que no haya sido declarado nulo o improcente por los tribunales, no puede volver a suceeder. Lo que necesista la Diputación urgentemente es recuperar el alma, la normalidad el sentido común y devolverles la dignidad a tanta gente que ha sido maltratada.

—Usted es alcalde de un municipio de 3.500 habitantes. Las administraciones locales se siente impotentes por la falta de medios y financiación, ¿cómo piensa combatirlo?

—Los pueblos necesitan de la ayuda de las administraciones, de la Diputación, de la Junta, del Estado, de Europa, necesitan de la financiación. Los ayuntamientos prestan realmente la inmensa mayoría de los servicios del día a día de los ciudadanos. La asistencia de ayuda a domicilio, residencias de ancianos, el mantenimiento de los colegios, incluso nos hemos visto obligados a atender a ancianos, a niños, el transporte y el comedor escolar, un montón de servicios para los que no tenemos una financiación adecuada. Habrá cosas que no son de competencia, como el empleo. No es competencia del ayuntamiento, pero sí es de nuestra incumbencia. Los ciudadanos que no tienen trabajo en nuestros pueblos a quien va pedir y trasladan su agonía, su drama, no es al ministro de Empleo ni a la consejera, es al alcalde o a los concejales. Debemos estar preparados para prestar ese servicio, esa ayuda, pero que nos lo financien. Hemos prestado servicios que no son de nuestra competencia con nuestros fondos y se nos hace un agujero grande en el presupuesto.

—¿Cómo será esa colaboración?

—Tenemos que ayudarnos y la Diputación tiene que tener también esa finalidad, prestando todas las ayudas a los ayuntamientos. Si podemos incrementaremos las partidas de ayuda directa en inversiones, gasto corriente, planes de empleo, becas de comedor, lo vamos a hacer, sin lugar a dudas, es nuestra prioridad. Esa debe ser la política a seguir en la Diputación, otra cosa no tiene sentido. Una administración debe priorizar y las demandas de los ciudadanos es lo primero.

—¿Qué asuntos primarán en la elaboración de sus primeros presupuestos?

—Asuntos sociales. Las prioridades y objetivos serán muchos, esta casa colabora con muchas instituciones y lo seguiremos manteniendo. Pero hay dos cosas muy importantes que vamos a priorizar, una es la atención a los municipios con partidas específicas dirigidas a las acciones de los ayuntamientos, que atenderemos de forma objetivamente equilibrada, pues los municipios más necesitados deben tener cualitativamente una mejora en la atención, y por supuesto la pata social, de atención a quien más lo necesita. Todo lo que tiene que ver con el empleo, con la atención a enfermos, niños y mayores serán prioritarios.

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