La sociedad civil arropó al presidente bajo un calor intenso

Cerca de 800 invitados arroparon a García-Page en su toma de posesión como presidente de Castilla-La Mancha. Compañeros de partido, amigos, familiares y un nutrido grupo de empleados del Ayuntamiento de Toledo con quienes ha compartido trabajo en los últimos ocho años.

Entre los invitados, el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez; el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha, Vicente Rouco; el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Miguel Ángel Collado; el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Jesús Fernández Vaquero; el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, José Julián Gregorio; el presidente de la Fundación El Greco 2014, Gregorio Marañón; las alcaldesas de Toledo y Ciudad Real, Milagros Tolón y Pilar Zamora, respectivamente; la vicerrectora del campus de Toledo de la Universidad de Castilla-La Mancha, Fátima Guadamillas; los diputados necionales Alejandro Alonso y Guadalupe Martín; y alcaldes de muchos municipios de la región, entre ellos el de la localidad toledana de Illescas, José Manuel Tofiño, que ocupaba la segunda fila.

Además de todos los concejales del Ayuntamiento de Toledo, también acompañaron al nuevo presidente exconsejeros socialistas de Castilla-La Mancha como Magdalena Valerio, María Luisa Araújo y Julián Sánchez Pingarrón.

María Díaz, secretaria de Rescate de Ciudadano en el Consejo de Coordinación de Podemos en Castilla-La Mancha, fue la repretentante de la formación morada.

El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez (acompañado por el secretario de Organización, César Luena), estuvo sentado a la derecha de la expresidenta regional María Dolores de Cospedal. Al otro lado, como representante del Gobierno de España, el ministro de Defensa, Pedro Morenés, a quien Page pidió que transmitiera un mensaje al presidente Mariano Rajoy: «En Castilla-La Mancha vamos a llegar siempre al máximo posible de acuerdos, queremos que haya entendimiento».