ALFILERITOS

RELEVO EN EL PALACIO DE LA MERCED

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Un cuarto de hora antes de las doce del mediodía, el salón de actos que acoge la constitución de la nueva corporación provincial de Toledo está más que al completo. El aire acondicionado todavía se nota, aunque un poco después, con los diputados ya presentes (cinco de ellos, femeninos) el calor hace acto de presencia. Reparo en la sufrida presencia de los maceros vestidos de verde, que sudan bajo la peluca y el ropaje de época que soportan.

Se constituye la mesa de edad y los diputados, por orden alfabético, van jurando o prometido el cargo ante un ejemplar de la Constitución española. Juran 20 de ellos y prometen los 7 restantes. Seguidamente, y en voz alta, los nuevos diputados votan las candidaturas de Arturo García-Tizón y de Álvaro Gutiérrez, siendo resultado final de 14 a favor del representante socialista contra los 13 que obtiene el candidato del PP.

Una fuerte ovación se escucha cuando Álvaro Gutiérrez sale triunfador, para más tarde recoger el bastón de mando, la medalla e insignia que les son entregadas por su oponente y presidente saliente, Arturo García-Tizón. Un gesto agradable en los rostros de Emiliano García-Page y Milagros Tolón, que asisten al ceremonial como invitados preferentes.

El nuevo gobernante del palacio de la Merced inicia su discurso solicitando entendimiento y diálogo entre los grupos políticos. Impera al sentido común que los ciudadanos exigen de sus representantes., y tiende la mano para trabajar unificados en pro de los más necesitados. El orador domina la escena, sus palabras son reflexivas y un poco emocionadas, siendo, de vez en cuando, obligado a detenerse ante los aplausos que nacen espontáneos dentro y fuera del salón, donde puede contemplarse la majestuosa obra pictórica de Guerrero Malagón dedicada a Toledo y sus gentes.

Y terminado el acto, la mitad de los presentes salen en búsqueda de ambientes más frescos y confortables, y la otra mitad rodea al nuevo presidente para transmitirles sus particulares enhorabuenas, que acepta con la mejor sonrisa y con abrazos para los más íntimos. A mi lado, un joven de veintipocos años se limpia unas lágrimas con disimulo, quizá porque sea familiar de algún diputado o porque el cambio de gobierno en la Diputación Provincial le traerá consecuencias desagradables. Me confirman lo segundo. Y es que ya se sabe, cuando un partido llega impone sus reglas para desmantelar las establecidas con anterioridad por la ideología precedente. Cosas de la política.

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