Para Page, «los servicios en Toledo funcionan ahora mejor que nunca»

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Con una puesta en escena más propia de un mitín en el que solo faltó levantar el puño y cantar La Internacional, el alcalde Emiliano García-Page hizo ayer, en el patio del Ayuntamiento de Toledo, balance de sus casi ocho años al frente de la ciudad. Arropado por su equipo de Gobierno (solo faltó la concejala de Accesibilidad, María Teresa Puig), Page pronunció un discurso en el que sacó pecho de su gestión y evitó la mínima autocrítica. «Un alcalde pesa poco para que se instale (en la ciudad) El Corte Inglés», llegó a decir sobre uno de sus compromisos que aún no se han hecho realidad. O «el agravio de Cospedal con Toledo» es para el líder socialista la «espinita clavada» que le queda.

La comparencia había empezado con un vídeo promocional en el que se reflejan las actuaciones llevadas a cabo en la ciudad durante 2014. Así, se mencionó la iluminación artística de diversos monumentos históricos, el Año Greco, la declaración de Interés Turístico Internacional de la Semana Santa toledana, la apertura del mercado de San Agustín, el remonte de Safont o los programas de empleo hacia las personas más desfavorecidas. Todo ello acompañado de mensajes del tipo: «Toledo sigue cambiando» o «Toledo tiene que seguir cambiando».

Cinco claves

Después, el alcalde basó su alocución en cinco principios: rigor en la gestión, «que no austeridad»; alternativa; funcionamiento de los servicios municipales; impulso económico y equilibrio entre las distintas zonas de la ciudad. Para el alcalde, ha sido un año «de superación, de no resignación» y «con las cuentas más saneadas de la democracia». Según Page, «más de la mitad de las facturas del Ayuntamiento se pagan en menos de una semana», por lo que el Consistorio es «más solvente» que hace ocho años y también que hace cuatro. En esta línea, presumió de acabar el año con «superávit y con acuerdo fiscal», y puso como ejemplo que el principal impuesto, el IBI, «es el que plantea el PP, la oposición». «Si me lo dicen hace unos años no me lo hubiera creído», añadió.

El alcalde aseguró que el próximo Gobierno que venga, «si no se mete en charcos, tiene garantizada la estabilidad». Presumió de haberlo logrado «sin recortes y sin despidos», con una estrategia muy diferente a la de la podadora», comentó para criticar que el Gobierno regional «nos ha quitado mucho dinero en servicios sociales».

Respecto a los servicios municipales, Page sacó pecho en «limpieza, tráfico, seguridad urbana o cultura» y dijo de ellos que «funcionan mejor que nunca». Para ello puso dos ejemplos: «Los parques y jardines están al 85 por ciento», mientras que el índice de queja en el trasporte urbano es solo «un diez por ciento» del que existía hace ocho años, con Gobierno del PP.

En cuanto al impulso económico, mencionó «lo bien» que está el Casco Histórico si se habla de hostelería y que el barrio de Santa Teresa «empieza a remontar». Además, dijo no querer marcharse «sin concretar el área logística», ni la A-40 en su conexión con Ocaña y Tarancón. Por último, también se refirió al «equilibrio» logrado entre las distintas zonas de la ciudad y cómo el Polígono o Santa Bárbara, «los barrios más perjudicados hace tres décadas, se han equilibrado al resto». En este sentido, y en su condición de «ttv» (toledano de toda la vida), se refirió a un «toledanismo activo» frente a otro, que también existe, «pasivo, conservador y hasta casposo».

«Con Cospedal, imposible»

Dos de las grandes promesas que el alcalde socialista siempre ha prometido han sido la instalación en Toledo de una planta embotelladora de Coca-Cola y de El Corte Inglés. En estos temas, ofreció varias versiones. La primera fue que el compromiso, a menos de seis meses de las elecciones, «sigue en pie». Dijo Page «no querer vender humo», a la vez que aseguraba que en enero «habrá anuncios».

Sin embargo, minutos más tarde, durante el turno de preguntas, acusó al Gobierno regional de espantar a estas dos empresas de la ciudad. «Con Cospedal ha sido imposible», comentó para añadir a continuación que su «mayor compromiso», en el caso de ser elegido presidente de Casctilla-La Mancha, «es conseguir lo que no me han dejado como alcalde». Y cerró faena evitando cualquier responsabilidad: «El alcalde pesa poco para que El Corte Inglés se instale en Toledo, pero el presidente de una comunidad autónoma no tiene muchos problemas para conseguirlo».

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