Miguel Herreros
Vatileaks

El Tribunal del Vaticano concede el arresto domiciliario a Vallejo Balda

Estaba en prisión desde el 1 de noviembre por robo y divulgación de documentos confidenciales

Corresponsal en el Vaticano Actualizado: Guardar
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Al cabo de casi dos meses de prisión preventiva en una celda del Vaticano, el sacerdote español Lucio Ángel Vallejo Balda ha pasado este martes a situación de arresto domiciliario mientras continúa el juicio por robo de documentos confidenciales y su entrega a dos periodistas italianos que los publicaron en sendos libros.

El Tribunal del Vaticano -que no es religioso sino estrictamente estatal, y está formado por juristas laicos italianos- ha dispuesto que el arresto domiciliario tenga lugar en el territorio del pequeño Estado, donde hay apartamentos disponibles para algunas personas que trabajan en la Curia.

La medida de gracia, que llega justo antes de la Navidad, permitirá al sacerdote español llevar una vida más serena, pero no cambia su situación legal como principal imputado –y único bajo arresto- en el proceso a cinco personas acusadas del robo y divulgación de documentos de las auditorías a los organismo económicos del Vaticano realizadas hace un par de años por orden del Papa Francisco.

El caso es conocido popularmente como “Vatileaks 2” aunque su importancia es muy inferior al “Vatileaks” original, que fue la filtración masiva y desconcertante de documentos de gobierno del Papa Benedicto XVI llevada a cabo por su “mayordomo infiel”, Paolo Gabriele a comienzos del 2012.

Desde la primera audiencia, realizada el 24 de noviembre, comparecen en el banquillo el antiguo ecónomo de la diócesis de Astorga y los otros cuatro italianos acusados del robo y divulgación de documentos.

Presiones de varios tipos

El personaje más mediático es la publicista italiana Francesca Chaouqui, de 33 años, que formó parte de la comisión coordinadora de las auditorias (Cosea), y se prodiga continuamente con los medios italianos.

El acusado más tímido y de menor relevancia es Nicola Maio, un colaborador italiano de Vallejo Balda en el trabajo técnico de la Cosea. Finalmente, los acusados “externos” son los dos periodistas que publicaron los documentos: Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi.

No se les procesa por la publicación de los documentos en Italia sino por el robo en territorio del Vaticano, pues fueron extraídos de los ordenadores de la Cosea mediante claves entregadas por Vallejo Balda después de haber sufrido presiones de varios tipos, según el fiscal del Vaticano.

La segunda audiencia tuvo lugar el pasado 7 de diciembre, pero el Tribunal no llegó a iniciar los interrogatorios puesto que los cinco abogados defensores pidieron añadir al sumario numerosas pruebas.

Las más interesantes son comunicaciones por correo electrónico y teléfonos móviles entre Vallejo Balda y Francesca Chaouqui, incluidos SMS que revelan una relación muy complicada, que fue pasando de los favores y comentarios frívolos a un tono más tenso, hasta llegar al chantaje psicológico y las amenazas.

Como los datos deben ser extraídos conjuntamente por expertos del tribunal y de los distintos acusados, cada defensor tiene de plazo hasta el 30 de noviembre para nombrar los suyos. El examen de los ordenadores y teléfonos móviles comenzará el 11 de enero y podrá durar hasta el 20 de febrero. El proceso va para largo.

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