Un hombre se protege en Pekín con una mascarilla en el segundo día de alerta roja por contaminación
Un hombre se protege en Pekín con una mascarilla en el segundo día de alerta roja por contaminación

Tráfico restringido, colegios cerrados y fábricas paradas por la alerta roja por contaminación en Pekín

Con una espesa niebla cubriendo la ciudad y unos niveles de polución hasta 15 veces superiores a los máximos recomendados, la alarma durará hasta el jueves

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Con la mayoría de colegios cerrados, el tráfico restringido a la mitad y las fábricas y obras paradas, Pekín se encuentra en alerta roja por contaminación desde este martes hasta el jueves. Envuelta por una espesa niebla que oculta el cielo y eclipsa el sol, es la primera vez que la capital china declara dicha alarma desde que impuso un nuevo sistema de emergencias en 2013, ya que la polución es hasta quince veces superior a los máximos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según los medidores de las autoridades chinas y el de la Embajada estadounidense, uno de los más consultados en esta ciudad de 20 millones de habitantes, durante la jornada se han superado los 350 microgramos por metro cúbico de partículas PM 2,5, que resultan muy nocivas porque se cuelan en los pulmones y pueden provocar cáncer debido a su diminuto tamaño.

Pero, en realidad, la contaminación es casi la mitad que la semana pasada, cuando alcanzó su mayor pico de este año al rebasar los índices y llegar a más de 600 microgramos de PM 2,5. Las críticas por no haber declarado la alerta roja durante esos días han llevado a las autoridades a decretar la máxima alarma en esta ocasión. Junto al humo de los coches y fábricas, la contaminación se debe al carbón que se quema en las centrales térmicas para producir electricidad y en las calderas de la calefacción.

«Me molesta la tráquea al respirar»

«Hoy no he ido a trabajar ni al gimnasio porque la polución es cada vez peor», explica a ABC Zhang Yingying, secretaria de una agencia de contactos matrimoniales. A sus 29 años, asegura sentir «molestias en la tráquea al respirar, ya que hasta se nota el olor a carbón en la calle». Alarmada por las redes sociales, donde numerosos internautas chinos están colgando fotos apocalípticas de Pekín, la joven incluso se está pensando marcharse de la ciudad. «Es deprimente, parece el fin del mundo por la contaminación en Pekín», resume la estampa de una ciudad sumida bajo un manto gris que se traga los colores y engulle los rascacielos, apenas visibles a pocos metros.

Hasta el jueves al mediodía, cuando los meteorólogos esperan que las lluvias previstas limpien la atmósfera, solo podrán circular la mitad de los 4,4 millones de coches registrados en Pekín: un día los acabados con matrícula par y otro los de placa impar. Además, un tercio de los vehículos oficiales han sido retirados de las calles. Según informa la agencia estatal de noticia Xinhua, dichas restricciones han obligado al Ayuntamiento a añadir al servicio entre 21.000 y 25.000 autobuses, de los que 8.812 son ecológicos, para atender a los dos millones de pasajeros más que se esperan cada día.

Cierre de industrias

Enviando equipos de inspectores, las autoridades han ordenado cerrar las industrias más contaminantes y las mayores obras no solo en Pekín, sino en la vecina ciudad de Tianjin y en la provincia de Hebei, donde se localizan siete de los diez municipios con peor aire de China por su abundancia de empresas siderúrgicas.

Para que los niños y jóvenes no se expongan a la contaminación, la mayoría de los colegios permanecen cerrados. «Como la polución en el aire es muy mala, nos han dicho que debemos quedarnos en casa», cuenta por teléfono Li Yuhan, alumna de 13 años de la Escuela Superior Número 18, en el céntrico distrito de Pekín. «Mi familia no está muy preocupada, pero yo creo que la contaminación es un problema muy grave para la salud y ya solo dependemos del aire para limpiar el ambiente», se queja la muchacha, que se confiesa «deprimida y de mal humor en estos días grises».

Por su parte, Zhang Linhe, otra niña de once años que va a la Escuela Primaria Número 1 de Huiwen, en el distrito de Dongcheng, también se muestra contrariada por no poder asistir a clase hasta el jueves por la tarde. «Prefiero el cielo azul porque podemos salir a jugar al recreo, pero muchas veces tenemos que hacer deporte en el gimnasio por la mala calidad del aire», relata la muchacha, que se ha pasado todo el día encerrada en casa.

Problemas respiratorios y cáncer

Como viene siendo habitual cada invierno, cuando se encienden las calderas de la calefacción, la polución se dispara cuando deja de soplar el viento. En esta ocasión ha coincidido además con la negociación de un acuerdo contra el calentamiento global en la Cumbre del Clima de París, donde China se ha comprometido a reducir sus emisiones contaminantes, las mayores del mundo.

«Esta alerta roja demuestra que las autoridades de Pekín se están tomando muy en serio el problema de la contaminación», destaca en un comunicado el doctor Bernhard Schwartländer, representante en China de la OMS. A su juicio, la máxima alarma declarada es «importante porque la polución es un grave riesgo para la salud, ya que puede causar problemas respiratorios a corto plazo, sobre todo entre ancianos y niños, y otras enfermedades como cáncer de pulmón y dolencias coronarias en el futuro».

A pesar de la gravedad de la situación, hay quien prefiere tomarse con resignación tener que ir a trabajar en un día así o incluso quien hace bromas sobre la contaminación en las redes sociales. Es el caso de los músicos Yao Band y del coreógrafo Xiao Chuan, que han difundido en internet la canción «Mask on» para animar a los pequineses y ponerle al mal tiempo buena cara. Tras la máscara, claro.

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