El Papa reza un rosario en conexión con países en guerra y víctimas de la violencia para implorar la paz

Se han conectado con Roma católicos de Ucrania, Siria e Irak

El Papa Francisco reza durante un rosario por la paz en la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma Efe
Javier Martínez-Brocal

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El Papa Francisco ha entrado este martes por la tarde en silla de ruedas en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde ha participado en un rosario para pedir « el fin de la guerra , que desde hace décadas se extiende por varias partes del mundo, y que ahora ha invadido también el continente europeo».

El pontífice ha convocado esta oración ante una escultura de la Virgen María con mucha historia, pues fue encargada por su predecesor Benedicto XV en 1918 para pedir el fin de la Primera Guerra Mundial. Recuerdan las crónicas que la estatua fue inaugurada el 4 de agosto de 1918, y que la guerra concluyó tres meses más tarde, el 11 de noviembre de 1918.

Durante el encuentro, el Papa ha seguido a través de un monitor las imágenes de varios santuarios conectados en «streaming», situados en países afectados por la guerra o con fuerte inestabilidad política. Estaban por ejemplo el santuario de Zarvanytsia, en el Oeste de Ucrania; la catedral católica de Damasco, en Siria; o la catedral caldea de Bagdad (Irak).

«Concédenos el gran don de la paz», ha implorado el Papa. «Somos conscientes de que no puede ser el resultado de negociaciones ni una consecuencia sólo de acuerdos políticos, sino que es sobre todo un don pascual del Espíritu Santo», ha añadido.

En la basílica de Santa María la Mayor había unos 900 peregrinos , entre ellos, un grupo numeroso de ucranianos con banderas de su país anudadas al cuello. En representación de este país, una familia ha guiado el primer misterio del rosario ante Francisco.

Después de ellos, han llevado las cuentas una familia de Siria y otra de Venezuela , en representación de las «víctimas de la violencia»; un grupo de capellanes militares; refugiados procedentes de África ; y voluntarios de organizaciones de asistencia.

Esta oración con la que el Papa ha clausurado el mes de mayo está naturalmente ligada a la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María que el Papa hizo el pasado 25 de marzo. «Estamos seguros de que, con las armas de la oración, el ayuno, la limosna y el don de tu gracia, se pueden cambiar los corazones de los hombres y la suerte del mundo entero», ha subrayado el pontífice. A continuación, ha pedido que « reconcilie los corazones llenos de violencia y venganza, y enderece los pensamientos cegados por el deseo de enriquecimiento fácil», para que se extienda la paz.

El Papa ha recordado que hace justo un año, clausuró el mes de mayo con un rosario en una capilla de los Jardines Vaticanos para pedir el fin de la pandemia de Covid19. «Entonces te pedimos que sostuvieras a los enfermos y dieras fuerza al personal sanitario; e imploramos tu misericordia para los moribundos y que secases las lágrimas de quienes sufren en silencio y en soledad », ha mencionado.

Al terminar, como en esta basílica de Roma es habitual que los peregrinos dejen notas de papel en las que dejan escritas súplicas personales a la Virgen, el Papa ha entregado su petición personal, en la que pudo leerse «Madre, por favor, te pido por la santidad del clero».

Desde que comenzó la invasión, el Papa ha combinado iniciativas espirituales con otras de calado político como respuesta a la crisis. Un día después de la invasión se presentó en la embajada rusa ante la Santa Sede para manifestar su rechazo, y a continuación se comunicó por teléfono con Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania. Tres semanas después, propuso a Vladimir Putin mantener un encuentro en Moscú, -una propuesta que quedó sin respuesta.

En estos tres meses, su nuncio Visvaldas Kulbokas ha sido uno de los pocos que se quedó en el país y no salió de Kiev durante el asedio. Además, el Papa ha enviado tres representantes personales a Ucrania, el último de ellos el ministro de Exteriores del Vaticano, Paul Richard Gallagher, que regresó a Roma el pasado 23 de mayo tras 4 días de visita

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