José Francisco Serrano Oceja

Lutero y los protestantes españoles

Tal vez no existe otro acontecimiento más trascendental en la vida de la Iglesia moderna que el inicio del protestantismo

José Francisco Serrano Oceja
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Las Iglesias derivadas o que se han adherido a la Reforma Protestante en España celebraron no hace muchos días, con la presencia del Ministro de Justicia Rafael Catalá, el 500 aniversario de lo ocurrido simbólicamente en las puertas de la iglesia del castillo ducal de Wittenberg el 31 de octubre de 1517. Como señala el profesor Teófanes Egido en su magnífico libro de reciente aparición «Martín Lutero. Una mirada desde la historia, un paseo por sus escritos», tal vez no existe otro acontecimiento más trascendental en la vida de la Iglesia moderna que el inicio del protestantismo, con la subsiguiente «tragedia» -como decía algún humanista cualificado-, de la ruptura de la Cristiandad. No estoy seguro, por lo que leemos últimamente, que hayan desparecido del todo las visiones ideologizadas anacrónicas, marxistas y controversistas confesionales a lo Juan Cocleo, en favor de un sereno y riguroso estudio de lo que hizo y dijo Lutero, de su reforma, que no era primeramente de vida sino de teología y doctrina.

Los protestantes hoy en España (Ferede) cuentan con 3.910 lugares de culto evangélico y son, según fuentes internas, unos 500.000 residentes en España, a los que hay que sumar los que viven de forma no continuada. Días atrás, en la reunión del Pleno de la Comisión Asesora de Libertad Religiosa, del ministerio de Justicia, tal y como han publicado algunos medios especializados, Ferede solicitó un informe sobre el «Proyecto de Ley contra la discriminación por orientación sexual, identidad o expresión de género y características sexuales, y de igualdad social de lesbianas, gais, bisexuales, transexuales, transgénero e intersexuales», presentado por el Grupo Parlamentario Confederal de Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, que previsible se debatirá en el mes de septiembre en el parlamento. Resulta paradójico que una de las primeras iniciativas públicas de estudio crítico de este proyecto provenga del ámbito de las Iglesias protestantes, lo que implica una preocupación, también de las confesiones minoritarias, ante determinados fenómenos sociales que pueden afectar a libertades básicas como la de conciencia, la religiosa, la de expresión o el derecho a educar a los hijos según las convicciones.

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