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La Policía regfstró ayer la sede central de Vitalden en Madrid - ABC

El fiasco de Vitaldent: «Me he librado por los pelos»

El miedo empujó a los clientes a acudir a las clínicas, al comprobar que habían cortado el teléfono e internet

Madrid Actualizado: Guardar
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Pilar se despertó ayer con la noticia de que la clínica dental donde había invertido 18.382 euros para un tratamiento de implantes estaba siendo objeto de una intervención policial por fraude y blanqueo de capitales. A pesar de la inquietud que le produjo la información, respiró tranquila porque el tratamiento «justo hacía diez días que lo había finalizado. Me he salvado por los pelos de perder mi dinero».

Tres años de consultas odontológicas en un centro que «ya era como mi familia. Los médicos son encantadores y el trato estupendo», y al que llamó segundos después de tener conocimiento del registro policial en la sede central de las clínicas Vitaldent para saber qué estaba pasando.

A Pilar le sucedió como a otros muchos clientes que, inquietos por el futuro de sus tratamientos dentales, hicieron lo mismo que ella y recibieron la misma respuesta al llamar por teléfono: el número ya no existe.

Al corte telefónico se unía la caída del sistema informático, que quedó inutilizado. No se podían cerrar citas, ni hacer ningún tipo de gestión.

Ante esta falta de respuesta, muchos clientes de Vitaldent se presentaron ayer por la mañana en los centros donde venían siendo atendidos. Algunos, como Francisco, no corrió la misma suerte que Pilar. «He pagado más de 12.000 euros por adelantado, y en metálico, y me da miedo perder el dinero». Son los ahorros de toda su vida. O Manuela, que desembolsó a plazos siete mil euros, y teme quedarse «sin tratamiento y sin dinero».

Pacientes inquietos

Las recepciones de los centros Vitaldent se llenaron de pacientes, algunos más inquietos que otro, preguntando por su inversión. En estas clínicas la tranquilidad, que no normalidad, fue la nota dominante en el día de ayer. Así lo comentaba una trabajadora, al reconocer que «la gente, más que protestar, viene con miedo».

Si los clientes tenían esta inquietud, no la tenían menos los trabajadores, «si pasa cualquier cosa los primeros que vamos a la calle somos nosotros y nos hunden en la miseria. El paciente pierde unos miles de euros pero nosotros perdemos nuestro puesto de trabajo de muchos años».

Junto con los pacientes perjudicados, los trabajadores son los que más se están viendo afectados por esta operación judicial, que ha levantado una sombra de sospecha sobre estas clínicas dentales.

Estos trabajadores se afanaban en desmentir que, como apuntaban algunas informaciones, en los tratamientos se había utilizado material chino de baja calidad. «Eso es mentira», comentaba una trabajadora a una clienta, asustada por lo que le habían implantado: «Nosotros estamos obligados a trabajar con los mismos materiales y nuestro proveedor no es chino. Ahora se van a leer muchas cosas que no son verdad ¿Crees que un médico va a poner un implante chino por mucho que se lo digan?».

En las clínicas se detectaba ayer una sensación generalizada de malestar contra el dueño y los directivos de la empresa para los que no había piedad. «Nosotros trabajamos con profesionales. ¿Qué han metido la pata cobrando con dinero negro y lo han pillado, pues pillado va?». Y advertían de que si notaban alguna cosa rara respecto al cierre de las clínicas se lo comunicarían a los clientes: «Si mañana me entero qué va a pasar cualquier cosa, bajo mi nombre y mi conciencia no va a quedar».

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