Laura Teixeira posa con un botellín de cerveza CUL
Laura Teixeira posa con un botellín de cerveza CUL - Miguel Silva

Emprendedora a los 80

La profesora Laura Teixeira impulsa la producción de cerveza artesanal en colaboración con la Universidad Lusófona de Lisboa

Corresponsal en Lisboa Actualizado: Guardar
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A sus 80 años, Laura Teixeira muestra tanta energía o más que los emprendedores jóvenes. Esta profesora emérita de la Universidad Lusófona de Lisboa ha dado un nuevo impulso a su vida convirtiendo su pasión por la cerveza en una tarea que le otorga ilusión y le permite compartir su entusiasmo acerca de los beneficios que aporta esta bebida a la salud.

Decidida a no resignarse ante lo que consideraba una verdadera lástima, se empeñó en no dejar que la prestigiosa institución educativa tirase una vieja máquina. ¿Qué podía hacer ella? Pues abanderar su nuevo uso y promover la creación de la primera cerveza artesanal universitaria.

El resultado se llama CUL (Cerveza de la Universidad Lusófona), todo un éxito de ventas en el campus entre unos estudiantes contagiados de la moda de este tipo de productos, que viven una explosión a la par que la cultura enológica.

Sus alumnos y otros que ya no lo son ayudan a esta mujer en el cometido en las propias instalaciones del centro, naturalmente sin la capacidad industrial necesaria para comercializarla en el mercado… de momento. Sí, porque esta ciudadana nacida en Mozambique (cuando aún era una colonia portuguesa) sueña con hacer de CUL una bebida fashion entre las generaciones de este siglo XXI, sobre todo los concienciados de los efectos positivos de beber cerveza bien elaborada.

Por supuesto, sin conservantes ni aditivos químicos, que por algo esta señora se ha comprometido con los cuidados de signo ecológico, cuya demanda crece en progresión geométrica.

Laura Teixeira comenzó a familiarizarse con las ventajas de la cerveza cuando su marido fue destinado a Bélgica, donde realizó un curso especializado en la materia y se encargaba de promover la formación de personas para trabajar en laboratorios. Después de una etapa en Brasil, esta octogenaria con espíritu incansable resultó contratada en la Central de Cervezas de Vialonga, en las proximidades de la capital portuguesa. Aconteció treinta años atrás en el mismo enclave donde hoy se produce Sagres, una de las marcas líderes en el sector al otro lado de la frontera.

Los primeros logros bajo el nombre de CUL animan a su experimentada «madre» a solicitar fondos universitarios para avanzar en la investigación que desemboque en un ajuste del producto artesanal a los moldes del mercado. Su gran anhelo es aprovechar el tirón que refleja un simple paseo por las filas de estanterías de los emergentes supermercados naturales y dietéticos, tal vez el hogar adecuado para despachar un producto así. Ella no tiene ninguna duda de que sería rentable y hasta podría ayudar a captar ingresos para la Universidad.

El caso es que Laura Teixeira ha hecho de su afición cervecera el objeto de sus propias pesquisas durante su doctorado, tal cual quedó de manifiesto hace 18 años, cuando publicó en una revista científica un artículo titulado «Concepto e implementación de la industria de la cerveza».

También ha participado en congresos, donde disertó sobre la mejora de la espuma de la bebida, y se ha distinguido en su defensa de la producción sin diacetilo.

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