«Cerrar mi local y ver a 30 metros a cientos de personas haciendo botellón duele»

El sector del ocio nocturno lamenta pagar una vez más las consecuencias de la subida de casos de coronavirus

Vídeo: Fiestas y botellones a pesar de las restricciones - Atlas

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Miguel, propietario de una discoteca en Valencia , se está acostumbrando ya a ver más gente fuera de su local que dentro. Las restricciones que se han impuesto para los negocios de ocio nocturno le hicieron, desde hace un tiempo, reducir el aforo de personas que entran en su sala. Y lo aceptó. Lo que no es capaz de asimilar es que mientras él baja la persiana haya grupos de personas bebiendo y gritando sin ningún tipo de control en la calle. «Peleo e intento a hacer todo lo posible para adecuarme a esta normativa tan estricta. Estamos ahí peleando para que la gente no pueda bailar y esté sentada y no nos salen los números por ninguna parte. Y de repente acaba la sesión, cierro mi local y veo a 30 metros a cientos de personas haciendo botellón sin distancia de seguridad, sin mascarillas, infringiendo toda la normativa... pues duele», lamenta este empresario.

El sector del ocio nocturno critica que, una vez más, sean ellos los que sufran las consecuencias del aumento de casos de Covid-19. «Se pretende utilizarnos de chivo expiatorio y como cortina de humo frente al fracaso de la gestión de la última fase de la pandemia», denuncia Vicente Pizcueta , portavoz de España de Noche, la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos. Por ello, dice, van a seguir llevando a cabo actuaciones, como protestas, para dejar clara su disconformidad.

«La cabeza de turco»

«Tenemos 9.500 empresas en España con 100.000 trabajadores dándolo todo para estar encima del público y asegurar que se cumplan las medidas y se nos convierte en la cabeza de turco», expone Pizcueta, y asegura que en las calles no se cumplen esas medidas en las que ellos sí se centran. «Lo único que están provocando es que gente que estaba en locales donde se aplicaban determinados protocolos se lance a las calles cuando cerramos»,

Para evitar estos botellones, que con la llegada del verano y las vacaciones se concentran sobre todo en lugares de costa y reúnen a decenas o cientos de personas sin medidas de seguridad, las ciudades están poniendo a sus policías a controlar las zonas donde se suelen producir las aglomeraciones. Algunas comunidades también tratan de acabar con estas fiestas mediante el toque de queda por municipios, una medida «absurda» según Pizcueta. «Generas el efecto frontera y mayor movilidad en horas peligrosas, con consumo de alcohol de por medio, porque si a las 0.30 horas cierran un local en Valencia la gente se va a seguir la fiesta a otro pueblo no haya toque de queda», explica.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación