El calor asola la producción de trigo de la Unión Europea mientras que la de España aumenta

Los agricultores alemanes piden al Gobierno Central y Estados Federados una ayuda de mil millones de euros por las pérdidas sufridas

Se estima que la producción en España ha aumentado un 46% con respecto a 2017

Un tractor en Alemania cruza los cultivos de trigo perdidos por el calor CLEMENS BILAN (EFE)

Belén García-Pozuelo

Las altas temperaturas registradas a lo largo de anteriores meses han echado a perder la cosecha de trigo en varios países de la Unión Europea. Tanto es así, que los agricultores de Alemania ya han hecho un llamamiento a las autoridades estatales y federales para cubrir las pérdidas ocasionadas por las adversas condiciones climatológicas. En torno a mil millones de euros es la cifra requerida, pero todo apunta a que no habrá una resolución hasta el balance final de la cosecha, a finales de agosto.

La Unión Europea es el principal productor mundial de trigo, por delante de China Continental y la India . Sin embargo, las cálidas anomalías han provocado un impacto negativo que ha afectado a la cantidad cosechada de dicho cereal. Según los datos ofrecidos por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), en el informe trimestral mundial que incluye datos hasta marzo, la producción aproximada de los 28 países miembros de la Unión Europea fue de 152 millones de toneladas en 2017 ; para este año se prevé una variación del -4.4% al estimarse una producción de 145,3 millones de toneladas de trigo.

Pese a ello, la producción de España difiere casi con la totalidad de los países miembros. La escasez de precipitaciones y unas temperaturas por encima de la media ocasionaron graves pérdidas sobre la producción de trigo en Europa, sin embargo, el tiempo que hizo en la península fue el mejor aliado para este cereal.

La climatología dada en España resultó muy favorable para la cosecha de trigo. Un índice de humedad mayor, acompañado de temperaturas más suaves y abundantes precipitaciones, fueron tan positivos para el desarrollo de este cereal de invierno , que surgió como el país de la Unión Europea que más aumentó su producción con respecto al pasado año . Según el Boletín del mes de julio de Monitoring Agricultural ResourceS (MARS) , traducido como el monitoreo de los recursos agrícolas y que es elaborado por la Comisión Europea, en 2017 se cosecharon 2,4 toneladas de trigo por hectárea , mientras que la producción estimada para 2018 es de 3,5 .

En los países de Europa del Este , la zona central y la parte septentrional , la sequía y las elevadas temperaturas con respecto a otros años provocaron la caída de la producción de trigo de los países más prolíficos de la Unión Europea. Además de un clima más caluroso, en Francia e Italia se dieron abundantes lluvias que propiciaron la aparición de plagas y enfermedades sobre este cereal, cuya cosecha se realiza entre el 15 de febrero y el 1 de abril. Como consecuencia, la estimación realizada en julio referente a la cantidad producida en Francia, apunta una disminución de un 1,2% con respecto a 2017; por el contrario, este año en Italia aumentó un 1,3% , aproximadament e .

Debido a las pérdidas el precio de trigo europeo ha alcanzado unos máximos que no se daban desde hace cuatro años , llegando a alcanzar los 208,50 euros por tonelada . En España la campaña de comercialización ha comenzado con unas cuantías inferiores en comparación con las internacionales , por lo que asociaciones de agricultores, como Asaja, han pedido que el precio de la tonelada no sea inferior a 180 euros.

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