La OMS advierte de los retrocesos mundiales en la lucha contra la malaria

Destaca la necesidad urgente de avanzar en la cobertura sanitaria universal y en un mejor acceso a los servicios

Mosquito del género 'Anopheles', transmisor de la malaria ABC

Servimedia

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó este viernes de retrocesos en la lucha mundial contra la malaria debido a que actualmente menos del 1% de los fondos para inversión en I+D en salud se destina a desarrollar herramientas para combatir esta enfermedad , lo que considera clave para prevenirla y tratarla con vistas a su erradicación.

Además, destacó la necesidad urgente de avanzar en la cobertura sanitaria universal y en un mejor acceso a los servicios, así como en una mayor vigilancia para ofrecer una respuesta más específica a la lucha contra la malaria, según un informe del Comité Asesor Estratégico para la Eliminacón de la Malaria sobre Erradicación de la Malaria (SAGme), formado por 13 líderes y científicos que cuentan con el apoyo de representantes de los centros colaboradores de la OMS y personal de esta agencia de la ONU.

«Para lograr un mundo libre de malaria , debemos revitalizar el impulso para encontrar estrategias y herramientas transformadoras que se puedan adaptar a la situación local. Seguir como hasta ahora no sólo está ralentizando el progreso, sino que nos está enviando hacia atrás», apuntó Marcel Tanner, presidente de la SAGme.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, indicó que «liberar al mundo de la malaria sería uno de los mayores logros en salud pública» y que «con nuevas herramientas y enfoques podemos hacer realidad esta visión » porque, según añadió, erradicar el paludismo salvaría vidas e impulsaría las economías.

No en vano, el informe indica que los beneficios para la salud serían mayores en algunas de las poblaciones más vulnerables del mundo. Los niños menores de cinco años representan el 61% de todas las muertes por malaria y más del 90% de las 400.000 muertes anuales por esta enfermedad en el mundo ocurren en África subsahariana.

El análisis del SAGme muestra que ampliar las intervenciones actuales contra la malaria evitaría otros 2.000 millones de casos de malaria y 4 millones de muertes hasta 2030, siempre que esas intervenciones lleguen al 90% de la población en los 29 países que representan el 95% de la carga global de la enfermedad.

Relación entre coste y beneficio

El coste de esas intervenciones asciende a 34.000 millones de dólares (unos 31.600 millones de euros) y los beneficios económicos se sitúan en unos 283.000 millones de dólares (255.000 millones de euros) en el PIB total, es decir, que las ganancias serían ocho veces superiores a los gastos.

Por otro lado, las infecciones y las tasas de mortalidad por malaria se han mantenido prácticamente estables desde 2015. El 'Informe Mundial de la Malaria' de 2018 de la OMS reveló que el mundo está actualmente fuera del camino para alcanzar en 2030 el objetivo de una reducción del 90% en la incidencia de casos y la tasa de mortalidad.

El informe del SAGme recalca que el acceso a los servicios de salud sigue siendo un gran desafío en muchos países. Sólo una de cada cinco mujeres embarazadas que viven en áreas de transmisión de malaria moderada a alta en África puede obtener los medicamentos que necesita para protegerse de la enfermedad, la mitad de las personas en riesgo de contraerla en el continente africano duerme bajo una red tratada con insecticida y sólo un 3% están protegidas con tratamiento con insecticidas en interiores.

Esto resalta la necesidad de avanzar en la cobertura universal de salud y en fortalecer los servicios de salud y los sistemas de prestación de servicios para que todos puedan acceder a la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de la malaria cuando y donde los necesiten, sin sufrir dificultades financieras.

La mayoría de las herramientas que se utilizan para combatir la malaria hoy en día se desarrollaron en el siglo pasado o incluso antes: mosquiteros tratados con insecticida, rociado residual en interiores, pruebas de diagnóstico rápido y medicamentos basados en artemisinina.

Se están desarrollando nuevos enfoques prometedores de diagnóstico, medicamentos, insecticidas y control de vectores, junto con terapias de inmunización pasiva como los anticuerpos monoclonales. La primera vacuna contra la malaria del mundo (RTS,S/AS01) se ha implementado en Ghana y Malawi, y está previsto que llegue a Kenia.

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