59.000 millones de euros adicionales cada años (el 0,1% del PIB) bastarían para erradicar el hambre en 2030
59.000 millones de euros adicionales cada años (el 0,1% del PIB) bastarían para erradicar el hambre en 2030 - efe

El 0,1% del PIB mundial bastaría para acabar con el hambre en el mundo

La FAO ha publicado un informe con motivo del Día Mundial de la Alimentación en el que se defiende que hasta los países más pobres pueden permitirse programas de protección social

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¿Cuánto costaría acabar con el hambre en el mundo? Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura ( FAO), bastaría con 67.000 millones de dólares adicionales al año (casi 59.000 millones de euros), lo que supondría tan solo el 0,1% del PIB mundial, en programas de protección social e inversiones agrícolas para erradicar el hambre en 2030.

Con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este viernes, la FAO ha publicado un informe titulado « El estado mundial de la agricultura y la alimentación 2015», en el que se concluye que la mayoría de los países, incluso los más pobres, pueden permitirse algún tipo de programa social. Estos podrían ir desde las transferencias de efectivo, bonos, seguros hasta las contribuciones en especie, y podrían permitir, según la FAO, que las personas vulnerables salgan de la pobreza extrema y del hambre, al mismo tiempo que mejora su salud y educación y aumentan las oportunidades en la vida de sus hijos.

El informe de la FAO apunta que los programas de protección social ayudan actualmente a cerca de 2.100 millones de personas, lo que supone un tercio de los más pobres del mundo. Sin embargo, las tasas de cobertura son más bajas en Asia meridional y África subsahariana, que son las regiones con mayor incidencia de pobreza extrema, porque allí es donde hay más personas que cobran menos de 1,25 dólares al día.

Muchas formas de ayudar

Por otro lado, el informe recalca que existen al menos 145 países que ofrecen hoy en día una o más formas de asistencia social, incluyendo las transferencias en efectivo incondicionadas (es decir, subvenciones a fondo perdido para los beneficiarios elegibles), las transferencias de efectivo condicionadas (por lo general, asociadas a la asistencia a la escuela o chequeos de salud) y los programas de obras públicas que ofrecen empleo garantizado.

Otras formas incluyen transferencias en especie, como la distribución de alimentos y los programas de alimentación escolar. La FAO reclama que estas iniciativas se amplíen a las zonas rurales, ya que la gran mayoría de los pobres en estos lugares no cuentan todavía con ningún tipo de cobertura y vincular los programas sociales a las políticas de crecimiento agrícola «incluso podría reducir rápidamente el número de personas pobres». Además, indica que estos programas contribuyeron a que 150 millones salieran de la pobreza extrema en 2013.

Niños trabajando

El informe indica que muchas familias extremadamente pobres se ven obligadas actualmente a vender sus activos productivos, poner a los niños a trabajar, sobreexplotar sus pequeñas propiedades de manera no sostenible, o conformarse con empleos mal pagados.

Sin embargo, el informe sostiene que los planes básicos de transferencias sociales ofrecen a los pobres la oportunidad para mejorar su propio potencial productivo y tienen efectos indirectos positivos en las economías locales, al incrementar las oportunidades de negocio, elevar los salarios rurales y permitir a los más pobres adquirir o invertir en activos.

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