El papa Francisco saluda a parejas recién casadas durante la audiencia general de los miércoles en el Vaticano
El papa Francisco saluda a parejas recién casadas durante la audiencia general de los miércoles en el Vaticano - efe

«La Iglesia tiene que ser un lugar de acogida y no un verdugo más»

El coordinador de Redes Cristianas aplaude la petición del Papa de acoger a los divorciados vueltos a casar

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Carlos es creyente, profundo defensor del catolicismo y de la misma forma, de la libertad de su práctica. Contrajo matrimonio por la Iglesia con su primera mujer, pero años más tarde las sincronías de la vida le llevaron a firmar el divorcio. Empezó una relación con su actual esposa con la que se casó por la vía civil.

Como otros muchos, al sufrimiento de la separación tuvo que sumarle «el pesar de la exclusión» de su parroquia. Sin embargo, encontró el apoyo del que carecía en Evaristo Villar, actual coordinador de Redes Cristianas, que mantiene desde aquel entonces el propósito de «acogida de los fieles más allá de las normas de indisolubilidad del matrimonio católico».

El párroco, aplaude las palabras del Papa Francisco en apoyo a los divorciados vueltos a casar ya que dice «devuelve a la religión católica ese rostro que en las últimas décadas se ha ido alejando del pensamiento original de Jesús de Nazaret».

Evaristo lamenta reconocer que ha pasado por su lado mucha gente a la que se le ha dado la espalda y condena la exclusión porque «la Iglesia no debe ser un verdugo más que haga mayor la herida», asegura. «De la misma manera que no se obliga a nadie a ser cristiano, no debería prohibirse la voluntad de serlo», defiende, «todo esto del divorcio tiene historias muy largas y dramáticas que tienen que ver más con una actitud humana que con los límites de la legalidad».

La propuesta del cardenal Walter Kasper y el respaldo del Papa Francisco es «muestra de la nueva conciencia de que el sacramento no hace de por sí el matrimonio» y cuando las parejas sufren «por las razones que sean, no se pueden perpetuar», afirma Evaristo, «nosotros debemos ser abrazo en el desamparo».

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