Instalaciones de la petrolera BP en Alaska
Instalaciones de la petrolera BP en Alaska - Afp

EE.UU. aprueba prospecciones petrolíferas en el Ártico

La Casa Blanca da luz verde para que la petrolera Shell inicia prospecciones en aguas territoriales de EE.UU. en las costas de Alaska.

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La Administración Obama ha aprobado, bajo condiciones, los planes de la petrolera Royal Dutch Shell para empezar a extraer petróleo y gas en aguas del Ártico, una de las áreas más protegidas del mundo.

Desde hace años, Shell y el resto de la industria petrolera han luchado por obtener permisos para prospecciones en los mares de Beaufort y Chukchi, al Norte y Noroeste de las costas de Alaska, una zona con enormes bolsas de petróleo y gas. Según datos del Gobierno de EE.UU., su suelo marino aloja 22.000 millones de barriles de petróleo.

La aprobación del Gobierno está condicionada a que Shell consiga varios permisos federales sobre prospecciones, que la empresa espera tener en su mano en las próximas semanas.

«Hemos tratado con mucho cuidado una posible exploración en el mar de Chukchi, teniendo en cuenta los importante recursos medioambientales, sociales y ecológicos de la región», dijo en un comunicado Abigail Ross Hopper, directora de Gestión Energética Oceánica del Departamento del Interior de EE.UU. «Toda actividad exploratoria en la costa seguirá siendo objeto de estándares rigurosos de seguridad», añadió.

La medida tomada por el Gobierno de Barack Obama es coherente con una política medioambiental ambivalente, en la que la Casa Blanca ha puesto la lucha contra el cambio climático como una prioridad, mientras que ha ampliado el campo de acción de la industria petrolífera. El pasado enero abrió las costas de los estados de Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte y Virginia a la explotación de petróleo y gas.

Las organizaciones medioambientales no tardaron en reaccionar al anuncio: «Una vez más, nuestro Gobierno se ha apresurado a aprobar prospecciones peligrosas y sin sentido en uno de los lugares más remotos e importantes de la Tierra», dijo Susan Murray, vicepresidenta del grupo ecologista Oceana. «Shell no se mostrado preparada para operar con responsabilidad en el Ártico, y ni la compañía ni el Gobierno han querido evaluar con justicia y al completo los riesgos del plan de Shell».

En 2012, Shell consiguió los primeros permisos para empezar a trabajar en el Ártico, pero sus primeras operaciones estuvieron plagadas de problemas de seguridad, con dos plataformas que sufrieron desperfectos.

La compañía espera invertir mil millones de dólares este año en la zona, que se sumarán a los 6.000 millones que ya ha dedicado en los últimos ocho años a prospecciones en la costa de Alaska.

Shell tiene concesiones para extracción de petróleo en el mar de Chukchi y en el de Beaufort, pero sus planes solo afectarían de momento al primero. Otras dos compañías, ConocoPhillips y Statoil, también tienen concesiones en la zona, pero de momento no han mostrado su intención de iniciar prospecciones.

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