El Papa expresa su tristeza por el asesinato de 21 cristianos coptos

Las vilezas cometidas por el Estado Islámico conmocionan una vez más mundo. 21 cristianos coptos han sido decapitados en Libia. La noticia, conocida a través de un vídeo publicado una vez más por el aparato de propaganda de los terroristas, ha llegado hasta los oídos del Papa. Hoy, en una audiencia con una delegación de la Iglesia de Escocia, ha interrumpido su discurso en italiano para expresar, en español, su pesar por esta nueva muestra de violencia yihadista: «Me permito recurrir a mi lengua materna para expresar un hondo y triste sentimiento. Hoy pude leer la ejecución de esos 21, 22 cristianos coptos. Solamente decían: “Jesús ayúdame”».

La veintena de coptos, trabajadores inmigrantes en la región de Sirte, fueron secuestrados a principios de año en Libia por una sucursal del macrogrupo terrorista.

Un testimonio que grita

En este encuentro ecuménico, el Papa ha pedido que no se tenga en cuenta si la sangre de los asesinados por confesar a Cristo es de católicos, ortodoxos, coptos o luteranos, «no interesa, son cristianos», ha apostillado. «La sangre de nuestros hermanos cristianos es un testimonio que grita», ha asegurado.

Visiblemente conmovido, el Santo Padre ha animado a todos los cristianos a «seguir adelante con este ecumenismo que nos está alentando, el ecumenismo de la sangre». Ha recordado además que estas nuevas víctimas del Estado Islámico han sido decapitadas «por el sólo hecho de ser cristianos» y ha señalado que estos mártires «son de todos los cristianos» porque «la sangre es la misma, la sangre confiesa a Cristo».

Ecumenismo de sangre

Por desgracia, no es la primera vez que el Papa alude a este «ecumenismo de sangre». En numerosas ocasiones ha utilizado esta expresión para referirse a los más de 100 millones de cristianos perseguidos en el mundo por el hecho de serlo. Al mismo tiempo, ha pedido evitar «estereotipos y prejuicios» con el Islam y ha recomendado la educación como «antídoto más eficaz contra cualquier tipo de violencia».

Así lo expresó el mes pasado ante el Pontificio Instituto de estudios Árabes e Islámicos, un organismo que trabaja para entablar un diálogo interreligioso e intercultural entre cristianos y musulmanes.

En presencia de esta delegación de la Iglesia de Escocia, el Pontífice ha pedido que todos los cristianos «peregrinen juntos» y unan esfuerzos para llevar «la luz de Cristo a los lugares del mundo donde sólo hay oscuridad».