Pablo y Carolina, este domingo en Tignes
Pablo y Carolina, este domingo en Tignes - abc

«Tardamos quince horas en recorrer 160 kilómetros hasta la estación de esquí»

Una pareja española, atrapada en el atasco de más de 15.000 vehículos en los Alpes, relata a ABC su odisea

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Pablo y Carolina habían madrugado para salir de Barcelona y a las 11,30 de la mañana del sábado ya estaban en Grenoble, a las puertas de los Alpes. Pero a partir de ahí, se encontraron con el caos. «Tardamos quince horas en llegar a Tignes», asegura él, un asiduo a las estaciones de esquí alpina que relata para ABC su odisea.

El suyo fue uno más entre los miles de vehículos que este fin de semana se han visto atrapados por la nieve en el este y el noreste de Francia. Según la prefectura de la Alta Saboya, más de 15.000 personas se vieron forzadas a buscar refugios de urgencia, en condiciones que podían rozar el drama: temperaturas bajo cero, carreteras cortadas, estaciones de servicio bloqueadas, servicios de urgencia desbordados y una búsqueda desesperada de cobijo, durante toda la noche del sábado al domingo.

Esta pareja española al menos pudo llegar a su destino para pernoctar, aunque fuera a las 2.30 de la madrugada. Hubo millares de personas, en cambio, que se vieron forzadas a dormir en el vehículo o a buscar un alojamiento improvisado. «Avanzábamos 50 metros y parábamos 30 o 40 minutos. Había tramos en que recorríamos solo cinco kilómetros en dos o tres horas, y eso que íbamos de los primeros», cuenta Pablo desde Tignes.

Este era el fin de semana con más afluencia a los Alpes de todo el año, pero en esta ocasión, afirma, «ha sido demasiado». «Se colapsaron todos los valles, ha sido un colapso total». Ellos ya se habían resignado a recurrir a las mantas que llevaban en el coche y dormir en el propio vehículo, como les tocó a hacer a otros, porque la carretera se había convertido en «una ratonera». Solo tras superar la localidad de Moutiers, de donde parten los accesos a distintos valles, la situación empezó a mejorar y pudieron alcanzar su destino. Los gendarmes establecieron controles y únicamente dejaban pasar a los vehículos equipados con cadenas.

Una nevada anunciada

Según Pablo, la imprudencia de conductores que viajan a las estaciones sin la equipación adecuada es una de las principales razones del colapso, ya que se quedan cruzados en la carretera, no dejan llegar a las asistencias y aquello es un embudo». No obstante, en esta ocasión se sumaron distintos accidentes de tráfico y, a juicio de este afectado, un «error garrafal» en la organización de las autoridades, ya que hacía días que los partes meteorológicos preveían una nevada intensa.

Son cientos los españoles que peregrinan en estas fechas hasta los Alpes para disfrutar del esquí. El propietario de Alpeski, una agencia especializada en este tipo de turismo, aseguró a ABC que había pasado «una noche bastante dura» porque, desde Madrid, estuvo atendiendo a los numerosos clientes atrapados, algunos de ellos «familias con niños pequeños a los que hubo que buscar hotel in extremis» o «gente que se quedó tirada a 300 metros de la estación y tenía que volver atrás».

Mientras, el secretario de Estado para los transportes, Alain Vidalies, resumía la situación así: «Todos los problemas se agravaron como consecuencia de una riada de vehículos mal equipados, sin cadenas, complicando la circulación, provocando atascos, bloqueando el tráfico. A través de la radio y los servicios de urgencia, pedimos a los automovilistas que no continúen en las carreteras y autopistas...».

Sin embargo, los consejos de urgencia del Gobierno no fueron escuchados. Los números especiales, consagrados a la información pública, quedaron bloqueados o saturados muy prematuramente. Los servicios de urgencia en carreteras se desbordaron muy pronto. Millares de automovilistas intentaron escapar de la trampa, huyendo por carreteras vecinales, en busca de refugios que no siempre encontraron, errantes en una oscuridad helada y peligrosa.

Los bomberos de varios departamentos del este de Francia intervinieron en unas 270 ocasiones, prestando socorros de urgencia, con cierto éxito. Apenas media docena de casos tuvieron una cierta gravedad. Las prefecturas de la Saboya y la Alta Saboya se movilizaron con extrema urgencia, ofreciendo cobijo nocturno, en condiciones precarias pero dignas a las familias que viajaban en más de 15.000 vehículos. La circulación no comenzó a restablecerse hasta media tarde del domingo.

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