Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy
Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy - j. c. soler

Alcoy, la ciudad que se «blindó» contra la legionela

La localidad alicantina, que encadenó numerosos brotes hace diez años, se ha adaptado para combatir la bacteria

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Hablar de legionela en España conduce ineludiblemente a Alcoy, la ciudad industrial del interior de Alicante en la que más casos se han registrado, con una docena de brotes (nueve reconocidos oficialmente) y otros tantos fallecidos, además de decenas de afectados. Afortunadamente, el problema se atajó hace ahora una década, y hoy ya casi nadie recuerda aquella pesadilla que estos días ha sacudido las ciudades catalanas de Sabadell y Ripollet, donde han muerto ocho personas a causa de esta enfermedad.

En el caso de Alcoy, las administraciones tuvieron que desplegar un dispositivo eficaz para resolverlo. «La legionela solo puede controlarse, no erradicarse», puntualizan desde la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana, que en 2004 llevó adelante 322.092 inspecciones -117.927 en la provincia de Alicante, sobre todo en Alcoy- en una primera batida para hacer un inventario exhaustivo de todas las instalaciones con probabilidades de proliferación y dispersión de la bacteria.

Pese a ser localizadas las torres de refrigeración y otros sistemas donde había agua estancada, la vigilancia persistió y se efectuaron otras 45.000 inspecciones entre ese mismo año y 2011. Estos controles continuaron incluso tres años después de que en 2008 se decretara la «normalidad epidemiológica» y cuando la incidencia de casos estaba ya por debajo de la media nacional y autonómica.

La declaración de Alcoy como Zona de Actuación Especial (ZAE) supuso «un estricto tutelaje y vigilancia de cuantas instalaciones eran susceptibles de generar la bacteria al medio ambiente», según recuerdan en la Consejería de Sanidad de la Generalitat Valenciana.

Agua hiperclorada

La clausura de torres de refrigeración, por cuenta de las empresas -hoy ninguna fábrica las usa-, y las sanciones a quienes se saltaban la norma no fueron las únicas medidas. Mientras la legionela reconvertía negocios -pequeñas empresas de aires acondicionados se especializaban en limpiar instalaciones de legionela-, los alcoyanos se habituaron a un agua del grifo hiperclorada durante años -los niveles volvieron a la normalidad en 2012- y a ver las fuentes públicas clausuradas como medida preventiva. Hoy en día siguen secas, para disgusto de los vecinos.

En el hospital Virgen de los Lirios de Alcoy han tratado más pacientes que en ningún otro, aunque el centro no dispone de ninguna unidad específica o de recursos humanos ni materiales para ocuparse de esta patología, que en ocasiones -normalmente en personas ya enfermas o de avanzada edad- deriva en neumonía mortal. Uno de los profesionales de la medicina de este centro y especialista en análisis clínicos, José Ignacio Soler Díaz, alertó durante meses, en lo peor de la epidemia, de que la bacteria se encontraba en la red de agua potable de la ciudad. Pero ese extremo fue desmentido desde la Generalitat. Tanto el científico como los responsables autonómicos esgrimieron análisis realizados en depósitos municipales, con resultados totalmente opuestos. El debate en la comunidad científica derivó en varias tesis doctorales en universidades de toda España. Alguno de estos trabajos insistía en poner el foco en el agua sanitaria.

Con la ciudad «blindada», entre 2009 y 2010, volvieron a saltar las alarmas con un puñado de casos más. La ausencia de explicación -las torres seguían clausuradas y las fuentes secas- desató una especie de psicosis. Finalmente se encontró el foco en una máquina de asfaltar que se estaba usando en una obra del Plan E. Nueva solución de máximos: durante meses se prohibió realizar cualquier tipo de trabajo de asfaltado en el casco urbano.

El último susto se vivió el pasado verano, con cinco casos aislados en julio. Tres del mismo barrio. En esta ocasión, no se adoptaron medidas especiales al no tener su origen en las instalaciones consideradas de riesgo.

«Abordaje complicado»

Los responsables de la Consejería de Sanidad valenciana, con la experiencia de una década de intensa lucha contra la legionela, se muestran optimistas sobre el control de la epidemia en Cataluña: «el abordaje de la legionela es complicado», argumentan, pero los servicios catalanes de Salud tienen amplia experiencia para afrontarlo».

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