Palacio de las Dueñas
Palacio de las Dueñas - ABC
Patrimonio

Sevilla esconde más de una veintena de casas palacio

La mayoría acogen instituciones u hoteles; sólo media docena son residencias privadas ue abren sus puertas para visitas a cambio de no pagar el IBI

SEVILLA Actualizado: Guardar
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De entre los casi seiscientos inmuebles que hay en Sevilla capital catalogados como Bien de Interés Cultural hay una veintena de casas-palacio. Según el catálogo del Ayuntamiento, son más de 25. La mayoría de estos inmuebles está en manos de administraciones, instituciones o tienen uso turístico u hotelero. Sólo media docena siguen en manos privadas y continúan siendo residencias familiares que abren sus puertas periódicamente para visitas guiadas. A cambio están exentas del pago del Impuesto de Bienes Inmuebles (el IBI), a la par que necesitan autorizaciones para cualquier obra.

El gran público conoce las más famosas, como la Casa de las Dueñas (propiedad del duque de Alba) y sabe que puede visitarse, lo mismo que el Palacio de la Condesa de Lebrija o la Casa de Pilatos (Palacio de los Duques de Medinaceli.

Pero también está la Casa Salinas, un inmueble del siglo XVIubicado en la calle Mateos Gago, que atesora una virgen proveniente del convento de Los Remedios. Hoy sigue siendo vivienda la vez que puede visitarse. La casa de los condes de Casa Galindo, un magnífico edificio de 3.500 metros cuadrados de planta en la calle Alfonso XII que mantiene la vivienda pero permite el acceso aunque sólo al patio. Otras, como el Palacio del Marqués de la Motilla, siguen siendo residencia privada y no se visita.

La Casa de Pinelo en Sevilla
La Casa de Pinelo en Sevilla - ROCÍO RUZ

Entre los que tienen otros usos se encuentra también el Palacio de los Condes de Santa Coloma (rebautizada como Casa de los Bucarelli), una de las más importantes del siglo XVII que se conserva en Sevilla, en la calle Santa Clara y que constituye un ejemplo de arquitectura barroca. En este caso tiene una parte de vivienda privada y el resto se alquila para celebraciones.

Hay otras casas palacio como la de Jerónimo Pinelo, la de la Provincia, el Palacio de Altamira, la de las Sirenas, las de los Mañara, la Casa Lissén, el Palacio de los Marqueses de La Algaba... todas en manos de administraciones o instituciones. Y otras convertidas en hoteles, apartamentos o lugares de celebraciones. Como el Palacio de Villapanés, la Casa de los Padilla...

Pero ¿qué opinan los expertos del estado de conservación de estos tesoros? Bernardo Bueno, alcaide del Alcázar y experto en la materia, cree que en general están bien conservados, sobre todo los que dependen de las instituciones aunque admite que algunas «necesitan un arreglo mejor» . Y pone como ejemplo las viviendas que hay en el Patio Banderas y que, a su juicio, «necesitan una restauración como el comer». Bueno asegura que la administración «ha gastado mucho en restaurar casas» aunque también queda alguna que no está rehabilitada. La crisis ha influido ya que no se ha invertido tanto ni por parte de los particulares ni de las administraciones. En cuanto a las casas que han sido restauradas y convertidas en hoteles o apartamentos, Bueno admite que «se pierde parte de la esencia». Aún así es consciente de que han contribuido a su salvación ya que, en muchos casos, es difícil que una familia tenga dinero para restaurar esos inmuebles. «Mejor así a que queden abandonadas».

Joaquín Egea, presidente de la Asociación para la Defensa del Patrimonio Histórico-Artístico de Andalucía, (Adepa), cree que las casas que siguen siendo propiedad privada «están generalmente infinitamente mejor» que las que están en manos de alguna administración. Yeso porque, según dice, los propietarios se preocupan más. Cita como ejemplo la Casa de Dueñas o la Casa Pilatos. Por contra dice que otras como la de los Pinelo (sede de la Real Academia de Bellas Artes) necesita una nueva inversión. Y, en general considera que el Ayuntamiento debería «estar más pendiente» de lo que se hace en algunos de estos edificios que se destinan a uso hotelero. Egea recuerda que se puede modernizar o poner aire acondicionado pero sin alterar la edificación. «Hay que tener cuidado porque se puede perder la esencia de un edificio que es una joya», dice pidiendo más control.

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