Coronavirus Sevilla

Códigos QR y pizarras de tiza para las cartas de los restaurantes de Sevilla

Los bares más clásicos recurrirán a las nuevas tecnologías y al sistema tradicional para cantar los platos del día para proteger a la clientela

Las pizarras de tiza volverán a ponerse de moda, compaginadas con las aplicaciones de internet y los códigos QR J. M. R.

Javier Macías

La «nueva normalidad» o, directamente, la «anormalidad» -como dice Ramón el de la Abacería San Lorenzo-, va a cambiar muchas costumbres en los bares en Sevilla. Las medidas de seguridad y de distancia social obligarán a reinventarse a los restaurantes en cuestiones tan básicas como la forma de informar sobre la carta . La hoja plastificada se suprimirá y, en su lugar, habrá numerosos establecimientos que recuperen la tradicional pizarra de tiza pero, sobre todo, innovarán con códigos QR y aplicaciones por internet .

Hasta los más clásicos como El Rinconcillo se pasarán a las nuevas tecnologías para dar un mejor servicio a los clientes y garantizar su seguridad. «Nosotros queremos abrir el 25 de mayo» , señala su propietario Javier de Rueda , que añade que la carta «la vamos a mostrar con un código QR que se situará en cada mesa con un metacrilato para escanearlos con la cámara del móvil». Los platos estarán también subidos a la web, «que se podrá cambiar diariamente». En El Rinconcillo ven en esto una oportunidad para poder renovar con mayor agilidad la carta. «Estamos acostumbrados a trabajar con la hoja plastificada y sólo podemos cambiarla dos veces al año. Ahora podremos mantener siempre las tapas tradicionales y cada día cambiar otras», indica Javier de Rueda.

Mientras no estén listos esos metacrilatos, los primeros días tras la apertura se pondrá un folio en la mesa que será desechable . Respecto a la posibilidad de utilizar una pizarra, el dueño de esta histórico establecimiento lo tiene claro: «Nuestra carta es muy amplia y sería ilegible, porque por ley tienen que estar especificados los pesos, lo del gluten»...

En Casa Ricardo , en la calle Hernán Cortés, la fecha de apertura se prevé aún más tarde: «Para junio, de cara a la fase 3» . Ricardo Núñez critica la falta de información y de medidas concretas para la hostelería. En concreto, para la carta está estudiando introducir un código QR u otra aplicación. «A mí no se me ocurre cantarle la carta con mascarilla, tendremos que aplicar alguna herramienta para que el contacto físico y de voz sea el mínimo». El propietario del tradicional establecimiento famoso por sus croquetas tiene también en cuenta a las personas mayores que no dominan las nuevas tecnologías, por lo que no descarta soportes físicos.

Ramón López de Tejada , el de la Abacería San Lorenzo , descarta las pizarras de tiza: «Tendríamos que poner una pizarra en cada uno de los seis habitáculos que hay, y escribirlas cada día». Su establecimiento no abrirá hasta el 3 de septiembre, con la esperanza de que para entonces todo esté más claro. «Abogaría por las cartas desechables y los platos del día a viva voz, que es la forma ideal el cliente», apunta. También fijará su carta en Instagram y plantea recuperar una fórmula que ya llegó a usar antaño: la carta en manteles individuales.

Sin fecha de apertura está La Flor del Toranzo . Rogelio Gómez Trifón quiere dejarlo para septiembre teniendo en cuenta que los próximos tres meses «siempre son deficitarios», a lo que se le suma la situación actual. Aún no tiene claro qué hará con la carta. «Habrá que poner displays eléctricos o volver a lo tradicional: a viva voz o la pizarra», afirma.

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