EL ROCÍO 2018

El Rocío 2018: Una devoción que rebasa barreras

Juan Antonio Maraver es Hermano Mayor de Hinojos y tiene síndrome de Down. No es el primero y con su pasión por todo lo que hace, abre camino para no ser el último

Juan Antonio Maraver entre familiares y amigos ante el Simpecado de la Hdad. de HInojos M. ÁNGEL JIMÉNEZ

MIGUEL. A. JIMÉNEZ GARCÍA

Agricultor, marismeño y rociero hasta la médula. Así puede definirse a Juan Antonio Maraver Naranjo , que con 40 años se ha hecho cargo de la enorme responsabilidad que conlleva ser el Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Hinojos . Sólo hay una pequeña diferencia: un cromosoma, el 21. El que lo convierte en una persona con síndrome de Down . Como suele suceder, no hay barreras tan altas que no se puedan saltar con voluntad y determinación. Ya lo demostró hace 20 años Mauricio Borrero , primer Hermano Mayor con síndrome de Down de una hermandad del Rocío, en este caso la de Lucena del Puerto .

Maraver Naranjo lo ha tenido claro desde siempre: quería ser Hermano Mayor de Hinojos, y así se lo comunicó a su Junta de Gobierno, que sin dudarlo le reservó el turno, y desde hace dos años ha esperado pacientemente la llegada del 18 de febrero, cuando en la misa anual se le hizo entrega de la medalla y comenzó su etapa.

«Todo el mundo sabe lo que significa y representa Juan Antonio, así que el acto hizo llorar de emoción a todos. No se cabía en la iglesia y la copa que se ofreció al finalizar la ceremonia parecía una boda», explica su cuñado, Fernando Gutiérrez , quien destila una absoluta admiración cuando habla del hermano de su mujer.

Porque Juan Antonio, además de marismeño, rociero y persona involucrada en la sociedad hinojera , es tremendamente generoso y solidario, tanto que cuando no tiene que atender a sus obligaciones en el campo acude a echar una mano a otros. Por eso - más allá de la presencia de ese cromosoma de más -, es por lo que su nombramiento como Hermano Mayor ha movilizado no sólo al pueblo de Hinojos, sino también al de Chucena , del que era natural su padre, fallecido hace ahora 20 meses con la satisfacción de saber que su hijo sería Hermano Mayor.

«Todo el mundo se vuelca con él, es un ángel de la Virgen », asegura Gutiérrez. «Él sólo quiere que todo el mundo esté feliz y contento y además él es la mejor medicina contra la tristeza», afirma, y esa condición se contagia y hace nacer lo mejor en los que lo rodean, que han vivido con singular emoción todos los actos protocolarios y festivos previos a la Romería 2018.

Ya en El Rocío, Juan Antonio recibió una sorpresa que las hermandades de Chucena e Hinojos habían preparado con permiso de la Matriz: después de su presentación en el Santuario, Chucena llevó su Simpecado a la Hermandad de Hinojos para rezar una Salve, en un acto muy emotivo en el que después del rezo se deshizo en vivas a la Blanca Paloma, el momento que más le gusta, porque «le salen de dentro».

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