Rafa Benítez y Juande Ramos observan el partido en Anfield Road
Rafa Benítez y Juande Ramos observan el partido en Anfield Road - afp
real madrid

El día que Benítez arrolló al Madrid

El técnico madrileño dirigió a un Liverpool que pasó por encima de los blancos y les eliminó de la Champions League

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El 10 de marzo de 2009 es un día que muchos madridistas querrían borrar de su memoria y de la historia de su equipo. El Madrid viajaba a Anfield para enfrentarse al Liverpool en la eliminatoria de vuelta de los octavos de final de la Champions League. En la ida, en el Bernabéu, los «reds» se habían impuesto por 0-1. Un resultado que llamaba a la épica, a la remontada y al espíritu de Juanito. Nada más lejos de la realidad.

Los hombres de Rafa Benítez no dieron opción a los blancos en ningún momento. Sin dejar de presionar y con Gerrard y Torres como principales figuras, el Liverpool arrolló al Madrid de principio a fin. El conjunto blanco mostró su peor versión: lento y apocado, hizo aguas por todas partes.

Nada que ver con el equipo que en Liga contaba los partidos por victorias. Únicamente se salvó Casillas, que evitó una goleada de escándalo, pero no el «chorreo».

Porque otro de los hechos que siempre se asociarán a este encuentro serán las desafortunadas declaraciones del entonces presidente madridista, Vicente Boluda. El máximo mandatario blanco aseguró unas semanas antes de la eliminatoria que el Madrid iba a ganar la Liga y la Champions y a eliminar al Liverpool. «Aquí vamos a ganarle 3-0, y después allí 1-2, porque se van a tener que abrir y les vamos a chorrear», vaticinó.

El conjunto inglés supo esperar para tomarse la revancha y sirvió una fría venganza en forma de 4-0. Anfield vivió una noche mágica y la afición llevó en volandas a los suyos, que les recompensaron bien pronto. En el minuto 15 «El Niño» lograba el primer tanto al rematar un pase del holandés Dirk Kuyt. A partir de ahí, los hombres de Juande Ramos encadenaron un error tras otro. En el minuto 26 Gerrard convertía un penalti y tras el descanso lograba un auténtico golazo que sentenciaba al Madrid. La guinda la puso Dossena cuando el partido estaba a punto de finalizar.

Benítez no hizo sangre de la debacle blanca, ni fue ventajista con las palabras de Boluda. Tras el partido se mostró elegante y únicamente afirmó que su equipo pudo «haber marcado más goles». El técnico madrileño dio una lección de señorío y prefirió hablar en el terreno de juego, cuando sustituyó a Gerrard para que se llevase la ovación del estadio y del propio Raúl, que despidió al inglés con un saludo y un aplauso.

Ver los comentarios