Carlo Ancelotti
Carlo Ancelotti - Reuters
Real Madrid

Bronca general contra el equipo y el entrenador

Casillas pidió a sus compañeros quedarse en el césped y hubo pitada monumental

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Ni el propio Real Madrid pensaba que estaba tan mal. Dos cabezazos estelares del mejor futbolista del mundo sacaron al Real Madrid de una tragedia casi griega y al final se pidió la hora después del terrorífico 3-4. Ancelotti fue silbado cuando su nombre se anunció junto a las alineaciones, antes del partido, y todo el equipo soportó una pitada general de la afición al sufrir los goles y un trallazo al larguero de un rival que salió al ataque, sin nada que perder, y se encontró con un campeón de Europa asustado de sí mismo y de su alarmante estado de forma. Los seguidores blancos vivieron el peor encuentro de Champions de su club en muchos años. La angustia se apoderó de la grada.

Los pitos iniciales del público eran un castigo al entrenador y a sus hombres por los dos últimos fracasos en la Liga. Las protestas que explotaron a partir del ecuador del primer tiempo fueron una reacción al miedo que el madridismo sintió por observar a un conjunto hundido, sin criterio de juego, lento, perdido, superado tácticamente por el acoso del Schalke con sus interiores y sus laterales. Incluso Arbeloa echó una bronca a Ronaldo por no bajar a tapar a su marcador en el 0-1.

Ronaldo, ariete de Europa

Esa crítica de Álvaro al número uno pareció doler al portugués, que silenció los pitos en los momentos clave. Primero, con el testarazo del empate a un tanto, celebrado con enfado por los pitos reinantes. Después, con la igualada a dos, al rematar en un desmarque sensacional un centro magnífico de Isco. Era la diana 78 de Cristiano en las competiciones europeas, rey artillero del continente. Era su gol 76 en la Copa de Europa, de la que también es el ariete por excelencia. Era el tanto 75 en la Champions, récord que comparte con Messi. El luso suma 292 en el Real Madrid. Le faltan 16 para cazar a Di Stéfano (308) y 31 para alcanzar la plusmarca histórica de Raúl, 323.

Modric pone mesura

Los incondicionales del club no estaban para récords. La imagen del equipo fue nefasta en el primer tiempo y preocupante en el segundo. Cristiano salvó el terror con dos acciones de clase en plena urgencia. Después, Benzema anotó el 3-2, pero la tranquilidad duró unos minutos.

El campeón de la Décima se clasificó con sangre, sudor y casi lágrimas para los cuartos de final de la Champions. Pero las sensaciones que dejaba no eran para hablar de la Undécima.

Leroy Sané anotó la tercera igualada del partido, Huntelaar firmó el 3-4, y los simpatizantes madridistas volvieron a la cruda realidad. Su enfado era enorme. Pitaron a Khedira cuando fue sustituido por Modric, que por el contrario disfrutó de una ovación, ciento catorce días después de su grave lesión.

Las protestas se centraron finalmente en Casillas, víctima de cuatro goles. No estuvo bien y pudo hacer más en el segundo y el tercero del Schalke. Hasta Coentrao, que corrió sin ritmo por el campo, le criticó por encajar el 3-3. Lo increíble es que Íker salvó al Madrid del K.O. con dos paradones finales.

Fue una noche negra del campeón de Europa. Esta racha de partidos decepcionantes desvela una carencia física, de confianza y de ideas. Modric aseguró más el balón, pero no fue suficiente. Se atisba una falta de creencia en ellos mismos. El técnico tiene demasiado trabajo. Y a todos les espera un examen final el día 22.

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