Arahal

El futuro de la doma vaquera en España pasa por el joven arahalense Luisma Brenes

Un jinete local se acaba de proclamar en Córdoba campeón de España en su categoría a lomos de su caballo «Hechizón»

Luis Manuel Brenes besa a su caballo después de terminar la prueba celebrada en Córdoba Ramón Azañón

C. González

El arahalense Luis Manuel Brenes ha conseguido recientemente proclamarse campeón de España de doma vaquera en la categoría de Menores, celebrada en Córdoba.

A sus 18 años, tiene el don de la templanza , fruto de la cual fue capaz de hacer un ejercicio prácticamente perfecto en esta competición, a lomos de su caballo «Hechizón» .

Lo primero que hizo Luisma —como le conocen en su círculo más cercano— cuando terminó el ejercicio que lo proclamó campeón de España fue abrazar y besar a su caballo . Porque de ellos ha aprendido parte de lo que sabe.

Y así se lo cuenta a ABC, después de conseguir este premio: «El caballo que está domado te enseña a templar , te guía en las medidas vueltas y a parar en raya» y esto lo hace hasta que el jinete se acostumbra a llevarlo.

Este joven de Arahal, que lleva desde pequeño montando a caballo , tardó en anclarse en la hípica. «No quise presionarlo, lo dejé elegir porque con el hermano mayor lo intenté y no sirvió», cuenta Antonio Brenes, su padre. Y hasta los 15 años no comenzó con los entrenamientos . La escuela Campiña Ecuestre de Paradas fue su primer centro de formación.

Hace año y medio se fue a la finca gaditana de Villamartín del jinete profesional Juan Fernando Holgado, donde pasaba las jornadas montado a caballo y perfeccionando ejercicios.

En el pasado campeonato de España participó con dos caballos : «Bronce», con el que quedó cuarto en los ejercicios, y el anteriormente citado «Hechizón», el caballo de un amigo, que lo llevó hasta lo más alto de podio.

«Es tan tranquilo que generalmente los jinetes casi no comen días antes de la prueba y a él hay que quitarle el bocadillo antes de salir a competir», cuenta el padre.

Actuación de Luisma en Córdoba Ramón Azañón

Luisma vuelve a casa de vez en cuando, porque le encanta estar en Villamartín . Monta una media de ocho caballos diarios y aprende cómo conseguir que en momentos de tensión, cuando el animal da de sí su máximo rendimiento, es capaz de templar y parar consiguiendo hacer un ejercicio perfecto.

Cuando lo logra, como pasó en el campeonato disputado en Córdoba, el público se pone en pie y su familia llora de pura emoción , al igual que él encima del animal.

El joven arahalense tiene un año para pasar de categoría y conseguir lo mismo, pero en la categoría de Absoluto o lo que es lo mismo, otro año de entrenamiento junto a su maestro y conociendo a los caballos más que a sí mismo y disfrutar en el campo, que es su escuela.

Su padre, que es agricultor, quiere que al final tenga la hípica como afición y lo ayude en el campo, disfrutando de los caballos que tienen en su propia finca.   Tal como hace su profesor, enfermero de profesión, que ha visto en Luisma a un alumno aventajado, con unas condiciones innatas para la hípica.

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