SAN FERNAndo

Dos años desde el derribo de las casetas de La Casería

El Bartolo y Casa Muriel-La Corchuela salvaron, en un primer momento, el proceso impulsado por la Demarcación de Costas a expensas de que se resuelvan los contenciosos abiertos.

La nueva vida de La Casería

El Bartolo termina la concesión en este 2024. Pepe Ortega

Pepe Ortega

San Fernando

Quedan pocos minutos para que sea la una de la tarde y el aparcamiento empieza a llenarse de coches. El destino no es otro que el chiringuito El Bartolo, un auténtico emblema de La Casería y de la localidad. Es el último vestigio, junto al restaurante Casa Muriel-La Corchuela, de aquella carismática estampa repleta de casetas de colores a orillas de la Bahía.

Es poner un pie en la tierra y ya hueles a mar, pescaíto frito y a pureza. El local mantiene la esencia de lo que se respiraba en la playa hasta hace no mucho, concretamente dos años. A primera hora del 14 de febrero de 2022, las grúas comenzaron el trabajo de derribo de las más de medio centenar de casetas de pescadores ante la atenta mirada de los vecinos, que durante varios meses se organizaron y se manifestaron en contra de la medida bajo el lema «La Casería no se toca», y una gran presencia policial. Con ellas se fue también un pedazo del patrimonio cultural e histórico de La Isla.

Tras una semana de trabajo, la Demarcación de Costas en Andalucía Atlántico comenzaba así su proceso de recuperación de posesoria del dominio público marítimo-terrestre (PDMT) del núcleo de casetas y otras construcciones existentes en la playa de La Casería para posteriormente impulsar el proyecto de regeneración. Sin embargo, para conocer el precedente hay que remontarse a 2002, cuando este organismo comenzó la apertura de expedientes a los dueños de las estructuras.

Junto a Casa Muriel-La Corchuela, los últimos vestigios de aquella estampa singular. pEPE ORTEGA

La Demarcación de Costas en Andalucía tramitó los 64 expedientes de las diferentes ocupaciones consideradas ilegales excepto dos: la cantina de El Titi-El Bartolo y Casa Muriel-La Corchuela. El primero, por contar con una concesión concedida por la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía hasta este 2024; El segundo, por medidas cautelares tras presentar un recurso a la espera de que se produzca el juicio. La prórroga de la concesión «sin la autorización de Costas» de El Bartolo motivó que la autoridad competente iniciará un contencioso contra la Delegación Territorial de Medio Ambiente.

De esta manera, ambos han podido seguir con su actividad. Los isleños y los turistas pueden disfrutar de los espectaculares atardeceres de La Casería o del encanto de comer con los pies en el agua con vistas a Cádiz y a Puerto Real. El Bartolo, que este año será su 70 aniversario, finaliza en este 2024 su licencia actual, pero la idea es continuar. «Tenemos un derecho para poder prorrogar otra vez la licencia y estamos arreglando unos papeles para que nos den la concesión unos años más», explica Bartolo Muñoz Pérez, propietario del establecimiento, en una entrevista a 7TV San Fernando. Por otra parte, la Casa Muriel-La Corchuela se encuentra cerrado temporalmente hasta Semana Santa.

La zona está en un enclave único con vistas a la Bahía. pepe ortega

El proyecto, en pausa

El proyecto regenerador se mantiene en pausa. En el borrador inicial presentado por la Demarcación de Costas de Andalucía Atlántico en mayo de 2021 se contemplaba el retranqueo de 58 metros de los chiringuitos y las casetas. A pesar de la demolición de las casetas, la continuación de la actividad hostelera de estos dos establecimientos impide que se lleven a cabo estos trabajos. Por lo tanto, hasta que no se produzca el cierre de los contenciosos abiertos no se podrá comenzar. La recuperación de la zona, según el borrador inicial, consiste en la creación de un paseo marítimo sostenible de aproximadamente 800 metros con un sendero para peatones y otro para bicicletas, que empezaría en la propia playa hasta llegar al Cementerio de San Carlos; el relleno con arena del litoral ubicado entre el mirador de La Casería y la plataforma del Club Náutico; el derrumbe del antiguo embarcadero de Santa Bárbara; una zona verde y de esparcimiento en los espacios limítrofes al entorno. Por su parte, Costas confía en que el proyecto no sobrepase el millón de euros estimado como techo de gasto.

Mientras tanto, hasta que no se aclare el futuro de los establecimientos, la esencia de la zona seguirá viva para el disfrute de isleños y turistas. Un atardecer patrimonio de San Fernando en un enclave único.

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