PESCA

A toda máquina en las almadrabas gaditanas ante un posible adelanto de la campaña de pesca

El pasado año se marcó un hito con la 'levantá' más temprana de la historia reciente: 14 de abril, en Conil

A primeros de febrero comenzó el trabajo en tierra y ahora se encuentra en pleno proceso el calamento en el mar

Rederos en el muelle de Conil reparando redes para esta almadraba LA VOZ

JAVIER RODRÍGUEZ

CÁDIZ

Las cuatro almadrabas gaditanas (Barbate, Zahara, Conil y Tarifa) trabajan a toda máquina con los preparativos de la nueva temporada de pesca que arrancará el próximo abril. El cambio climático, por un lado, y la permanente presencia de atunes en el Estrecho, por otro, presagian que la campaña puede sufrir un adelanto y es más que probable que ese proceso migratorio de los túnidos a aguas más cálidas del Atlántco al Mediterráno se adelante en el calendario. La almadraba de Conil marcó un hito en 2023 al realizar la primera 'levantá' el 14 de abril y la de Barbate, el 21 del mismo. Los propios almadraberos reconocieron que no existían datos de una 'levantá' tan temprana.

Diego Crespo, gerente de la Organización de Productores Pesqueros de Almadraba (OPP-51), que agrupa a las almadrabas de Conil, Zahara Tarifa, destaca que el proceso de calamento culminará en la primera semana de abril con el fin de tener todo a punto «por si las mareas y los atunes se ponen de acuerdo para echarnos a la mar y realizar la primare 'levantá' de este 2024».

La almadraba de de Conil comenzó el pasado 5 de febrero con el trabajo en tierra, mientras que en las de Zahara y Tarifa, el 12 del mismo mes. Esa faena consistió en la preparación de las artes, el repaso de cables y en la puesta a punto del tendido de redes. Así, rederos, carpinteros y mecánicos se encargaron de supervisar flota y aparejos. Desde finales del pasado mes se están calando las anclas y colocando el copo. Esta maniobra culminará antes el 14 de abril.

En cuanto a la cuota de pesca establecida para esta campaña no ha habido sorpresas. La última reunión celebrada por el organismo encargado de velar por la pesca del atún, el Iccat, fijó el pasado noviembre un aumento general para esta pesquería y mantiene el 10% de incremento en lo relacionado a la especie del atún rojo de almadraba. No hay más subidas para las almadrabas. Serán 691 toneladas (+10%) para repartir entre las almadrabas españolas. Las mismas que en 2023 y las mismas que estarán vigentes hasta 2025. La Iccat cerró el año pasado este debate en su reunión anual, celebrada entonces en Vila do Lobo (Portugal), advirtiendo que la cuota se mantendría hasta 2025, algo que los almadraberos consideraron «insuficiente» argumentando que la especie ya se había recuperado, a tenor de los últimos informes técnicos y también por la masiva presencia de atunes en el Estrecho en primavera. España aumentará un 23 % su cuota de pesca del bonito del norte y un 10% la de atún rojo en 2024, exactamente la misma que en 2023, según los acuerdos de la reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat), celebrada en Nuevo Cairo (Egipto). Las almadrabas de Cádiz contarán, por tanto, con 1.643 toneladas en esta campaña de 2024.

 

La puesta a punto de las artes de pesca terminará en la primera semana de abril

 

 

 

La organización internacional ICCAT, que se reunió en El Cairo, ya abrió la mano en 2022 y la cerró hasta 2025. El Total de Captura Admisible (TAC) de bonito para los años 2024 a 2026 se amplía desde las 37.801 toneladas de 2023 a 47.251 toneladas para el año 2024; a la Unión Europea le corresponden 35.815 toneladas, 7.212 toneladas más que en 2023. E

El reparto de esas 1.643 toneladas es el siguiente: la almadraba de Barbate tiene asignadas 454 toneladas, mientras que la de Zahara 426, la de Conil 413 y la de Tarifa 349. No obstante, almadrabas como la de Barbate, que explota la firma Petaca Chico, ha optado, un año más, por sumar cuota comprando para ello parte de ellas en pesquerías del Cantábrico y País Vasco. La misma trayectoria llevará la OPP-51, que también aumentará cuota comprando en otras pesquerías.

Los almadraberos reconocen que han sido años muy duros con las restricciones pesqueras de la especie, pero el Plan de Recuperación ha permitido que, finalmente, se estabilice el sector. No obstante, señalan que la cuota asignada está todavía por debajo de sus demandas.

Para entender este tipo de medidas y de restricciones hay que echar la vista atrás y analizar las reuniones que cada noviembre celebra la ICCAT. En la cumbre de 2018 se llegó a un acuerdo sobre un plan de ordenación plurianual y se dejó constancia de que la especie estaba totalmente recuperada después de diez años de restricciones en su pesca, pero el reparto de cuota no favoreció en absoluto a las cuatro almadrabas de Cádiz, que esperaban para la campaña de 2019 llegar al nivel que tenían asignado cuando se aplicó la restricción en 2008, es decir, las 1.440 toneladas.

 

Las mareas y el flujo migratorio determinarán si la temporada arranca a primeros de abril

 

 

La Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) confirmó en 2017 que la especie estaba recuperada de su amenaza de agotamiento gracias al plan de restricciones de pesca aplicado durante la última década. Pese a todo, el comité regulador optó entonces por un leve aumento de las cuotas de pesca entre 2017 y 2020. Es decir, según lo pactado, esa campaña fue la última con una cuota tan ajustada, sin embargo, el incremento ha sido limitado. De hecho en 2022 se pactó solo una subida del 10% para aplicar en 2023, 2024 y 2025. Las almadrabas gaditanas llevan más de una década sufriendo las duras restricciones de pesca impuestas por este organismo.

Por lo que se refiere, a la presencia de atún en los mercados durante todo el año, esta posibilidad es factible gracias a las inversiones realizadas por la compañía Gadira y Petaca Chico capaces de congelar el atún capturado en camapaña a -60 grados y poder venderlo con todas sus propiedades. El 60% de las capturas de la campaña se venden en el mercado nacional, mientras que el 40% restante se distribuye en el mercado asiático

En lo relacionado con el impacto laboral de este sector, Rocio Vallejo Carmona, investigadora Universidad Pablo de Olavide (UPO), de Sevilla, presentó el pasado año en unas jornadas sobre pesca el estudio sobre la 'Repercusión Económica de las Almadrabas en la provincia de Cádiz'. La evolución de las almadrabas como sector de actividad económica ha sido constante. Ha llegado a conquistar la gastronomía. En relación al mercado asiático, se ha puesto de manifiesto que el mercado japonés es clave, ya que se exporta el 40%, pero el comercio del atún no solo es el producto sino que detrás hay un universo más allá del mar. Las almadrabas son gastronomía, pesca, turismo, cultura y es marca Andalucía. Un estudio elaborado por la Universidad de Cádiz asegura que genera 581 empleos directos y 6.800 indirectos.

En este sentido, Diego Crespo, ha destacado que las plantillas de almadraberos se encuentran al completo con unas 400 personas y un relevo generacional garantizado. De hecho hay solicitudes en espera para entrar en la familia almadrabera.

Por último, aún está pendiente la autorización de la almadraba de Chiclana. Esta almadraba tenía su licencia. El Ministerio la sacó concurso y hubo una inversión de 2 millones de euros, pero entró en vigor el plan de recuperación y antes de sacrificar una almadraba se optó por suspender la licencia de Chiclana. El Ministerio dijo que la almadraba de Chiclana depende ahora de la recuperación y se ha pedido el alzamiento de la suspensión de la licencia. El ministro Planas dijo que estaba en lista de espera y depende de la decisión del Iccat.

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