La trágica historia del payaso aragonés Marcelino, «el hombre más divertido de la Tierra»

'Imprescindibles' emite este domingo, en La 2, la docuficción dirigida por Germán Roda sobre la vida del 'mejor clown del mundo'

El genio de Jaca se pegó un tiro a los 54 años, rodeado por las fotos y recortes de sus grandes éxitos, en un hotel en Nueva York

Marcelino Orbés, con y sin maquillaje RTVE
Federico Marín Bellón

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Marcelino Orbés (Jaca, 1873) fue el payaso más importante de su época. En sus días de gloria, a 'Marceline' lo veían en Estados Unidos dos millones y medio de espectadores al año. Inspiró a Chaplin y Buster Keaton dijo de él que era el número uno. Se hicieron juguetes con su nombre y dio origen (en inglés) al verbo 'marcelinear'. Según 'The New York Times', era «el hombre más divertido de la Tierra». Pocos españoles han triunfado de una manera tan rotunda en el siglo XX y, sin embargo, su vida también tuvo un lado triste. Nació pobre y murió arruinado. Una habitación de hotel en Nueva York fue el escenario de su última actuación. Se pegó un tiro rodeado por las fotos y recortes de prensa de sus grandes éxitos, a los 54 años. 'Imprescindibles' recuerda su figura trágica y semidesconocida este domingo en La 2, a las 21:30 .

El programa de TVE emite la película 'Marcelino, el mejor payaso del mundo' , dirigida en 2020 por Germán Roda y rodada en formato de docuficción, con fragmentos dramatizados en los que Pepe Viyuela interpreta al protagonista. «Descubrir a Marcelino y contar el ascenso y la caída de un artista que no superó la llegada del cine sonoro ha sido el punto de giro de mi vida», explica el documentalista.

A Pepe Viyuela, este trabajo le dio la oportunidad de vivir uno de los episodios más apasionantes de su vida: «Marcelino había desaparecido, no existía. Ahora se ha convertido en un referente. La película reivindica su talla de artista y lo devuelve al lugar de privilegio que nunca debió abandonar. En ella se han unido la labor de investigación periodística, el tesón y el talento de un gran equipo y una visión artística y generosa de las posibilidades del cine para contar, crear y emocionar».

Origen misterioso

En efecto, la investigación ha sido clave para recuperar su figura. Marcelino no fue un artista maldito. Simplemente, cayó en el olvido y nadie conocía su origen. Hoy sabemos que Isidro Marcelino Orbés nació en Jaca en el seno de una familia pobre, de la que huyó cuando solo tenía siete años para enrolarse en la compañía de circo Los Martini . Cuando triunfó, pocos sabían que era español, hasta que el periodista aragonés Mariano García Cantarero reconstruyó sus pasos tirando del hilo de los archivos de la Isla de Ellis, en Nueva York, donde quedaba registrada la llegada de los inmigrantes a EE.UU.

Según relata el periodista en una entrevista en RNE, Marcelino pudo difuminar su verdadera nacionalidad porque sus comienzos fueron muy difíciles en aquella España que moría de hambre y quizá porque fue un niño maltratado . Su investigación quedó recogida en el libro 'Marcelino, el mejor payaso del mundo' (Editorial Mira), en la que se inspira esta docuficción. En 1922, a Marcelino le concedieron la nacionalidad estadounidense.

Payaso, clown, acróbata y cómico, triunfó con su espectáculo en el Hippodrome de Nueva York , el circo más grande del mundo, con 5.000 butacas. Allí firmó un contrato vitalicio (de esos que luego nunca duran toda la vida) y cobraba mil dólares a la semana para hacer dos funciones diarias. También brilló en las pistas más prestigiosos de la época, como el Lockhart de Francia, el Carré en Holanda y el Hengler británico.

Además de las alabanzas de Keaton y Chaplin, Marcelino ayudó a Clark Gable y llegó a compartir escenario con Houdini . En sus años en Londres, se cuenta que una princesa india a la que había enamorado iba a verlo todos los días y le enviaba joyas para intentar seducirlo. A partir de 1915, empezó a compartir escenario con el payaso americano Slivers Oakley , el mejor de Estados Unidos. Nunca se llevaron bien y el éxito de su colega fue aún más efímero, ya que se suicidó un año después.

La fama de Marcelino duró 15 años, interrumpidos por la irrupción del cine como principal espectáculo de masas, al que no supo adaptarse, y por varias tragedias personales. Igual que ascendió, cayó en el olvido . Su reconversión como empresario no fructificó, pese a que creó varios negocios y abrió un par de restaurantes. No supo administrar sus días de vino y rosas y acabó arruinado.

La película de Germán Roda acompaña a Marcelino en el estrellato y en sus momentos más amargos, por el fracaso de sus relaciones personales y sentimentales, un matrimonio ruinoso (de los dos que tuvo) y varias aventuras de final infeliz.

Sumido en la depresión, Orbés se suicidó a los 54 años, el 5 de noviembre de 1927. Se vistió de gala, desplegó los recuerdos de sus grandes éxitos sobre la cama de una habitación del hotel Mansfield y se pegó un tiro con una pistola que había comprado después de empeñar el último objeto valioso que conservaba, un alfiler de corbata con diamantes. Le quedaban seis dólares en el bolsillo .

'The New York Times' y 'The Washington Post' llevaron su muerte a portada. Charles Chaplin, quien después lo recordaría en su autobiografía, envió el ramo más grande, con flores blancas, pero al entierro solo fueron 84 personas. Empezaba a fraguarse el olvido.

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