Tamara Falcó: «La frivolidad a veces es necesaria»
La hija de Isabel Preysler estrena en Netflix el 'docurreality' 'Tamara Falcó: La marquesa', del director de 'Soy Georgina'
Hasta en las mejores familias hay una oveja negra o, como mínimo, un verso suelto. En la de Isabel Preysler, el cordero que va a su aire es Tamara Falcó , a la que llamaba de pequeña «la actriz» porque contaba todo lo que no debía. Ahora lo hace con conocimiento de causa, reconvertida en la protagonista de su propio 'docurreality'. En 'Tamara Falcó: La marquesa' , ya disponible en Netflix, se abren las puertas a la intimidad de una familia más allá de los titulares. «Casi toda su vida ha sido contada en las portadas del 'Hola'. Esto es el casi», asegura Álvaro Díaz , jefe de contenidos de no ficción de la plataforma de 'streaming' en España.
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En estos bastidores de las portadas de revista, cuentan, no hay vetos y sí margen para decir todo lo que no debía contar en casa de la matriarca. «El problema de mi entorno es que no quieren que les ruedes. Mi madre... fue complicado, pero cuando conocieron al equipo se sintieron cómodos», explica Tamara Falcó . Tanto que abre las puertas de su casa, acoge a las cámaras en las reuniones entre amigas y hasta aparece con Mario Vargas Llosa . «Es la primera vez que se muestra la relación de madre e hija más allá de los posados», reconoce la 'celebrity'. Viajan juntas, se van de compras... y discuten: si Tamara Falcó se sube a las nubes y anuncia que quiere abrir un restaurante 'pop up' en El Rincón , el castillo que heredó, junto al título de marquesa, de su padre, Isabel Preysler la baja a la Tierra: mejor si lo abre en la calle Jorge Juan. ¿Quién va a ir hasta Aldea del Fresno a comer?
En todo caso, descubierta su vocación culinaria en 'MasterChef Celebrity' y con el diploma Le Cordon Bleu desde el año pasado, el hilo conductor de los seis capítulos del 'docurreality' es el acondicionamiento de El Rincón para convertirlo en un restaurante. La ayudan el diseñador Juan Avellaneda y su novio, Íñigo Onieva , al que lo de las cámaras le gustan menos, aunque no lo parece: «Él dice: es lo que me ha tocado, es horrible y ya», revela Tamara Falcó .
'La marquesa' empieza con el 40 cumpleaños de la 'celebrity'. Admite sentirse cómoda con la prensa, pero no todo es color de rosa: «Me había tomado tres copas y vi las cámaras y me convertí en la niña del exorcista porque quería vivir mi día», cuenta, entre risas. Tamara Falcó siempre sonríe . También aparece el resto de su familia, algunos por videollamada. «Mi hermana hace años dijo que teníamos que hacer un 'reality' sobre nuestra familia. Otro gallo cantaría: tendríamos más bancos, más casas, más aviones... más globos. Pero lo que hacemos nosotros es distinto a las Kardashian», aclara sobre el 'reality', dirigido por Juan Pablo Cofré y de Komodo Studios , la misma productora de 'Soy Georgina' .
En 'La marquesa' aparecen Boris Izaguirre, Carolina Herrera y hasta el Papa Francisco, al que Tamara Falcó enfadó durante una visita por arrodillarse. Hay mucho lujo y algo de trabajo, porque, a pesar de las risas y la fama, quería hacer algo con «sentido y valores». «La cultura del esfuerzo es importante», confiesa. Eso no quita que disfrute de las cosas que le han salido gratis, como su cumpleaños: «Eso está de puta madre».
Es consciente de que «la televisión es un poco la vida de circo» y que exponerse tiene sus riesgos pero, reconoce, «la frivolidad a veces es necesaria porque se necesita un respiro de la vida». Tamara Falcó, a pesar de los focos, es feliz; vive como quiere, ajena a lo que la gente piensa. «Siempre va a haber mofas conmigo, pero soy la primera que sé reírme de mí misma. La vida sin humor no la quiero, no tiene sentido», cuenta. Por eso siempre sonríe.
