Un soltero mete la pata en ‘First Dates’ al confundir el atuendo de su cita: «Es sado»

Miguel es un romántico empedernido, mientras que Myriam, descreída de las relaciones, prefiere vivir la vida loca

Miguel y Myriam en 'First Dates' Cuatro

María Robert

Miguel (41) tiene una visión de la vida que se corresponde con lo visto y vivido. Lo mismo que le pasa a Myriam (41). El problema es que cada uno ha visto y vivido cosas muy diferentes. No consiguieron congeniar en su cita en ‘First Dates’ , pero la incompatibilidad de sus caracteres derivaron en uno de los momentos más divertidos de la velada del restaurante del amor de este martes 12 de julio.

Este mecánico de maquinaria residente en un pueblo de Madrid se presentó a Carlos Sobera bromeando acerca de su incapacidad para enfadarse. «Cuando en el colegio impartieron clases de enfado hice pellas. Nadie que me conozca me pueda hacer enfadar, así que me vida es maravillosa. Soy una persona feliz». Paradójicamente, también el amor lo ha tratado muy bien, pues solo conoce relaciones largas y muy bonitas. Salvo por el detalle de que siempre lo han dejado, narró, «todas las mujeres que han pasado por mi vida han sido maravillosas y me han aportado cosas positivas».

Myriam (41), por su parte, es una empleada de supermercado muy de Bilbao; de carácter indomable, acaba de salir de una relación de 17 años y está encantada con su cambio de vida radical.

La cita de Miguel y Myriam Cuatro

La 'decepción' de Miguel

Por eso, aunque llegó al programa de citas de Cuatro abierta a conocer a Miguel , enseguida se dio cuenta de que la cosa no iba a funcionar. Haciendo gala de su positividad radical, a él le costó más asumirlo. De hecho, no solo le pareció muy atractiva a simple vista, le entusiasmó el corsé de cuero que lucía creyéndola de su rollo, es decir, rockera. «Me encanta el ‘heavy metal’. Es una estética muy como la tuya, por cierto, me encanta», le comentó, intentando simpatizar.

Pero se llevó un tremendo chasco con la respuesta. «No, es sado. Y me veo divina. No me gusta el ‘heavy’, soy reggaetonera. Me dicen choni incluso, pero yo me veo como la pija de las ‘Spice Girl’ , Victoria Beckham », aclaró la soltera.

A medida que transcurre la cita se va evidenciando que Miguel tiene una felicidad a prueba de desamores, pero necesita enamorarse para recargar su corazón. Algo similar le ocurre a Myriam , aunque sus intereses van por otros derroteros. No cree en el romanticismo, tampoco en la fidelidad, y no tiene ninguna intención de dejar de estar ‘living’ la vida loca. Todo lo opuesto al madrileño, que busca estabilidad.

Viendo que no comparten ni de lejos una visión unificada del amor, por tanto, decidieron irse cada uno por su lado.

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