Iker Jiménez termina con la «caza de brujas»
El presentador de «Cuarto Milenio» recopila toda la información disponible sobre el «caso Vallecas» en «Milenio Live» como respuesta a las acusaciones de «estafa»
Hace algo menos de un mes, Iker Jiménez y su equipo decidieron dedicarle una entrega de «Cuarto Milenio» al «caso Vallecas» , el único expediente policial en España que recoge sucesos paranormales, 27 años después de que tuviera lugar. Este misterio volvió a la actualidad en 2017 de la mano de Paco Plaza, que lo llevó con «Verónica» y que cautivó al público internacional gracias a su entrada en el catálogo de Netflix . Aun así, ahora está más de actualidad que nunca.
La emisión «Cuarto Milenio» dedicada al suceso irritó a parte de la audiencia de Cuatro, que no entendió que Iker Jiménez diera credibilidad a lo que muchos consideran un «fraude». Parece que esto lo aprovecharon los hermanos de Estefanía Gutiérrez Lázaro, la víctima del «caso Vallecas» ya que apenas diez días después concedieron una entrevista al diario «El Mundo» para desmontar la vertiente paranormal del expediente.
Para quien no conozca la historia, el «caso Vallecas» relata los extraños sucesos que rodearon la muerte de Estefanía Gutiérrez Lázaro. La joven había realizado una güija junto a sus compañeros de instituto y esta, mal finalizada, había desencadena una serie de sucesos paranormales en la vivienda familiar antes y después de la muerte de la mayor de los Gutiérrez Lázaro (sí, con testimonio policial incluido). O al menos eso se contaba hasta ahora.
Maximiliano y Ricardo, los hermanos de la víctima, aseguraron a «El Mundo» que son muchos los que se aprovecharon de esta historia como, por ejemplo, Iker Jiménez, quien no dudó en contestar. «Muchos han pensado que el caso de Vallecas era un fraude porque hoy en día basta con dar un titular, que no se va a ir más allá. Sinceramente, muchos intentaron subirse al carro y propagaron el Iker fraudulento , el Iker mentiroso… como si Iker fuera el único investigador que se ha hecho eco del caso Vallecas. Lo grave es que, en mi opinión, es ese titular de ‘destruido el caso Vallecas’. Las corrientes más escépticas se molestan siempre, eso es así y atacan con mentiras. Catorce años de éxito a algunos gusta, a otros no », reflexiona el presentador. Para corroborar su versión, Jiménez y Carmen Porter dedicaron un podcast de «Milenio Live».
Después de 27 años contando la misma versión a diferentes medios, miembros de la familia Gutiérrez Lázaro decidieron dar otra versión «aún sabiendo que iban a hacer daño a sus familiares». «Cada uno ha tenido su vivencia personal, y nosotros no podemos desmentirlo, pero lo que hemos vivido junto a ellos podemos explicarlo de manera racional», asegura Maximiliano en «Crónica» .
Los hermanos llegan a reconocer que son ellos mismos los que provocan alguno de esos sucesos paranormales de los que se hablan en el expediente policial. «Es muy curioso cómo, hace sólo unos días, el inspector jefe (en aquella época) José Pedro Negri , el policía al mando aquella noche, ha declarado en Cuarto Milenio (Cuatro) que la puerta giró y pegó una docena de violentos portazos, cuando en el informe se habla de una simple apertura», explica Ricardo. Pero el inspector jefe no está de acuerdo: «la puerta se cerró con violencia. Lo recuerdo perfectamente», explica de nuevo en «Milenio Live».
Pero no fue el único detalle que los hermanos matizaron. El expediente continúa narrando: «No habían salido de la sorpresa y comentando la misma cuando se produjo un fuerte ruido en la terraza . Y pudieron comprobar que no había nada». Ricardo asegura ser el causante de este sonido. «Mi madre me pidió, a escondidas, que tirase algo en la terraza para impresionar más a los policías. Cogí una pequeña piedra que había en el salón, me fui al balcón y al tirarla, golpeó en una despensa de hierro que teníamos en la terraza». Como os podéis imaginar, Negri también discrepa con esta versión: «No entiendo lo que dice este señor. Si estaba con nosotros, no puede tirar la piedra», asegura. «Además, había policías vigilando todo y, de ser así, le habrían visto», añade.
Investigadores como Ángel Jiménez, espiritistas como Tristanbraker ... Son muchos los personajes del mundo de lo paranormal los que pasaron por la casa de la familia y les «metieron el miedo en el cuerpo. Psicológicamente nos machacaron». «Nos sumergió en un estado de sugestión importante. Todo fue psicológico», comenta Maximiliano. Sin embargo, el problema para este hermano influyó más la intención de estas personas que su propia presencia. «Hubo otros especialistas mucho más serios, como el psiquiatra Fernando Jiménez del Oso, quien nos recomendó que dejásemos de hablar de ello, que no le diéramos más importancia. Fue a partir de ahí cuando, al hacerle caso, los fenómenos cesaron», dice.
Por su parte, algunos de los que fueron a la casa no dudaron en refutar que el ambiente que se vivían en esa casa era «conflictivo». «Es obvio que la madre estaba estresada por la inesperada muerte de su hija», comentó Sol Blanco-Soler, de grupo Hepta. Sin embargo, sus «actuaciones» eran bastante creíbles. «Estaba con la mujer en el salón cuando está pegó un grito. Me aseguró que le habían agarrado unas manos muy frías de los tobillos que intentaban tirarlas. Entonces, algo cayó con saña, con maldad, como avisando de que estaba allí», recuerda el investigador Ángel Jiménez.
Lo que más choca a Iker Jiménez , y así se esfuerza por mostrarlo en «Misterio Live», son los problemas de memoria que «sufren» estos dos hermanos. Maximiliano aseguró en «Dimensión Límite» que las «babas» de las que se hablan en el «caso Vallecas» sí que existieron. «Aparecieron en el típico pañito este que tienen las abuelas y se materializaba de la nada. Empezaba como una agüita marrón que terminaba convirtiéndose en algo gelatinoso», recuerda. Pero esta vez, en la entrevista con «El Mundo», no duda en contar una versión totalmente distinta. «Creemos que era parte del potito que horas antes había cenado nuestro hermano pequeño». Para Iker Jiménez y los «milenarios» está claro. «Hay cuatro personas de la familia que creen contra dos que, de repente dicen que no. Las cifras hablan por si solas», concluye.
