Los macabros chistes de un emo en «First Dates»

Son ya 700 las noches que lleva «First Dates» emparejando a los españoles más solitarios y desesperados. Encontrar pareja con media España como testigo parece ser afición muy cara a nuestros compatriotas, que colapsan las líneas telefónicas del programa de Sobera para que su equipo les siente a cenar con el primero que se les ocurra. Sorprende que tras casi dos años sigan llegando al restaurante del amor los personajes más inimaginables que pueblan nuestro país. La semana empezó suave en First Dates, con aspirantes de perfil bajo, al margen de las rarezas que cada cual pueda tener.

Llegó la primera Marta, una estudiante de Bellas Artes conquense de 18 años que ya tenía experiencia en el programa . Para la joven el color del pelo es algo muy importante, y explicó que «hoy lo tengo azul, pero mañana puede estar rojo, al siguiente verde...Eso es lo que me gusta: el cambio ». Para hacerle compañía apareció Sergio, un vallecano que se define como «emo punk, porque me gusta la cultura punk y la moda emo ». Su principal ocupación, dejó muy claro, son los videojuegos: «Paso casi todas las horas del día jugando».

El madrileño se destacaba por tener un humor negro y chocante. Ya al llegar, cuando el camarero le preguntó que quería tomar, él respondió que bebería «un chupito de lejía» . Acto seguido, dirigiéndose a Marta, le contó que Vallecas «es buen barrio, solo esnifamos tiza». La conquense no supo muy bien cómo interpretar sus palabras. La experiencia amorosa de Sergio también era peculiar , pues le confesó a Marta que «ninguna novia me ha durado más de una semana».

El madrileño contó más tarde de dónde viene su afición a los videojuegos: «En Primaria empecé a sufrir mucho acoso en el colegio , por eso me puse a jugar. Para aislarme, para pensar que estoy en una realidad distinta...». Por lo demás la conversación fue agradable y se cayeron bien, aunque no parecía que tuviesen caracteres e inquietudes semejantes . Casi al final de la cena Marta le contó que ya había pasado por el programa pero «me pusieron un emito, y yo dije "bueno, ¡un emito más!"», unas palabras que Sergio recibió mascullando «mierda» . Al final, aunque él sí quiso tener una segunda cita, ella fue más cabal y le dijo que «no creo que tengamos un futuro juntos».

Un poco después llegó Fran, un militar catalán de 31 años que dijo ser « muy cañero e hiperactivo . Las chicas me gustan chonis, que tengan carácter y que sean guerreras». Mucho carácter dijo tener Elisabeth, otra catalana de 28 años que buscaba «un chico un poco dominante». Fran llegó al restaurante con ropa militar para, según dijo, «hacer propaganda de la empresa» . «Me gusta que sea militar, eso indica que es valiente», reconoció Elisabeth. Pese a ello, la cita no cuajó y cada uno se fue a casa por su lado.