La entrevista en televisión o cómo volver a enganchar al espectador con una conversación
Movistar Plus+ emite este lunes 6 la entrevista a Mario Vargas Llosa en 'Milá vs. Milá', cuya segunda temporada acaba de estrenarse
«No lo olviden: detrás de cada puerta siempre, siempre hay una historia por descubrir». Estas fueron las últimas palabras de María Casado en 'Las tres puertas' , cuyo último programa se emitió en abril. Fueron diez entregas, cada miércoles noche en La 1, que registraron una media de 726.000 espectadores. Las cifras no fueron buenas y su presentadora, emocionada , reconoció su preocupación en conversación con Pedro Ruiz. Desde aquel genuino momento, en directo, la audiencia subió y en su penúltima emisión rozó el millón de seguidores. Para la periodista, el éxito no era un número, sino hacer una televisión inexistente. «Cuando planteas un programa de entrevistas, todo el mundo tiene esa sensación: ‘¿Un programa de entrevistas?’. Hay referentes internacionales como Oprah Winfrey y David Letterman», respondía a ABC.
[ María Casado: «Me fui de TVE con la cabeza muy alta» ]
'Las tres puertas' era un oasis en horario de máxima audiencia, incluso en lo estético, pero la televisión pública tiene otros espacios de mismo corte. Más baratos y de menor alcance. La 2 emite ahora la segunda temporada de 'La matemática del espejo' , con Carlos del Amor, y 'Plano general' , con Jenaro Castro. Ambos, grabados. Uno, de casi una hora; el otro, media. «La espectacularidad no es el objetivo de 'Plano general', que si brilla es gracias al atractivo, conocimiento y pensamiento de los personajes que invitamos», sostiene Castro. Su última entrevistada fue la directora de la Real Academia de la Historia, Carmen Iglesias . El periodista cree que una entrevista grabada puede ser igual de buena que una en directo; lo importante es el contenido y que el público descubra una parte desconocida del personaje, del que se espera personalidad y complicidad.
En 'Milá vs. Milá' , cada lunes en Movistar Plus+, uno podría pensar que ya sabe todo de la titular, Mercedes, y de sus entrevistados. Esta semana, Mario Vargas Llosa. La pasada, Ana Belén. La próxima, Pedro J. Ramírez. A todos ellos, la periodista les entrevistó en prime time, en TVE, hace 40 años. Tenía un cuarto de hora para sonsacar. Directa al grano. Había más espontaneidad en las preguntas y en las respuestas. «Se está volviendo un poco al género de la entrevista», sostiene su director, David Moncasi. «Se está reivindicando de nuevo un espacio para hablar y escuchar de una forma más pausada. Durante años, el género de la entrevista desapareció de las parrillas y ahora está regresando», continúa.
[ Mercedes Milá: «Las entrevistas de 'Gran Hermano' son las que más en carne viva he hecho» ]
Risto Mejide lo reinventó hace 8 años con su 'Chester' , cuya premisa era una conversación en un sofá, y Pablo Motos es el español que más entrevistas hace en televisión y en directo con 'El hormiguero' (Antena 3). Jordi Évole, tras 'Salvados' , sigue haciéndolas; la última, a Julia Otero , en sesión doble. Bertín Osborne tiene 'Mi casa es la tuya' (Telecinco), que ha ido añadiendo participantes a una conversación que antes era de dos. Hasta David Letterman tiene 'No necesitan presentación' (Netflix), cuya cuarta temporada se estrenó el 20 de mayo.
Quizás, el mejor ejemplo de la evolución del género sea 'Planeta Calleja' (Cuatro), que comparte productora con 'Milá vs. Milá' . «Es una entrevista muy exigente porque pedimos mucho tiempo a nuestros entrevistados y además que se desplace en viajes muy largos», explica la directora de Zanskar, María Ruiz. Al ser tantas horas de grabación, el personaje, aunque acostumbrado a las cámaras, se olvida de ellas. El contexto ayuda. «Nosotros queremos ver cómo reacciona nuestro invitado a nuevas situaciones del viaje; les sacamos de su día a día», añade. Al invitado se le acaba conociendo más por lo que dice, en una entrevista a fondo, pero también por sus reacciones. Ruiz cree que siempre habrá un público para estas entrevistas si ambos interlocutores tienen el atractivo suficiente y hay un elemento que aporte identidad.
En 'Plano general', se busca la frescura del personaje a través de un test. En 'Milá vs. Milá', se muestran fragmentos de sus conversaciones de antaño. «La imagen del pasado es tan poderosa y los invitados hacen un viaje a cómo eran y recuerdan tantas cosas… Eso ayuda un montón porque les conmueve», sostiene su director, David Moncasi. En el espacio de Movistar hay más maneras de lograr espontaneidad e intimidad: Mercedes no ve al entrevistado hasta que se sientan en el sofá y el plató, pequeño, no alberga muchos técnicos. No es en directo, pero casi. De los 60 o 70 minutos que pueda durar la conversación, 50 son los que ven los espectadores.
El otro as bajo la manga es, en realidad, uno conocido: la capacidad de escucha y de controlar los tiempos de la periodista, ahora más sosegada. «La gente ha ido aprendiendo que hay que dar titulares pensados y menos dejarse llevar para ver qué pasa. Hemos conseguido que se relajen y hablen de todo. Y en ese relajarse y hablar de todo, hace que vuelvan a salir titulares buenos», presume Moncasi. Él defiende que 'Milá vs. Milá', nada un poco a contracorriente: «En esta época de velocidades máximas, de impactos, de buscar grandes titulares, Mercedes busca todo lo contrario. Y al final, como es gente interesante, la conversación fluye y acaba interesando».
Noticias relacionadas
