¿Qué fue de Diana Lázaro, la mítica Cybercelia del «Cyberclub»?
La intérprete dio vida durante una década a uno de los grandes iconos de la infancia y juventud de miles de jóvenes madrileños
A finales del pasado milenio, los niños y jóvenes madrileños asistían al nacimiento del «Cyberclub», el aclamado programa matinal de Telemadrid que les acompañaría durante una década. Con su pegadiza sintonía, el espacio servía como contenedor de series de animación para toda la familia, que iban desde los «Looney Tunes» hasta «Doraemon», pasando por películas y por otras ficciones como «Los Teletubbies» y «Freaky Stories».
Aunque el programa también ejercía una labor fundamental en cuanto a la educación en el ámbito de la sostenibilidad y el medio ambiente. Cybercelia, una alienígena del planeta Cyberia muy concienciada con la ecología («recicla o rebota» era su lema), presentaba el espacio en compañía de Rocko Alicates, un «terrícola» que trabajaba en un desguace hasta que fue raptado por Cybercelia por no cuidar el medio ambiente. Así, comenzó a vivir junto a ella en la Nave Cyberanda, en compañía de su mascota, Trasto, y de otros personajes como el Capitán Lapa.
En apenas unos meses, el «Cyberclub» se convirtió en una auténtica referencia para los jóvenes madrileños. El programa se convirtió en la imagen del Parque de Atracciones de Madrid y Trasto, en la mascota del recinto. Además, Cybercelia, Rocko Alicates y el resto de sus amigos del «Cyberclub» tuvieron su propia carroza en la Cabalgata de Reyes de Madrid durante varios años. Gran parte de los niños madrileños preferían al formato por encima de sus «competidores» de la época: «El Megatrix» en Antena 3 y el «Club Disney» (primero en TVE, luego en Telecinco y después de nuevo en TVE).
El programa se mantuvo en liza hasta 2007, por lo que aunque parezca mentira, ya hace doce años que llegó a su fin. Sin embargo, A Cybercelia, o mejor dicho, a Diana Lázaro, no le ha faltado trabajo. La actriz que daba vida a la alienígena más famosa de la televisión madrileña se dio a conocer varios años antes de llegar al «Cyberclub». En concreto, en 1993, cuando trabajó durante un año como azafata del popular concurso «Un, dos, tres... responda otra vez». A continuación, interpretó a Luna en la serie de Telecinco «Todos los hombres sois iguales», antes de pasarse a las mañanas de Telemadrid.
En paralelo a su trabajo como Cybercelia, Lázaro hizo sus primeros pinitos en el cine con papeles en filmes como «Novios», «Nómadas» y «Cámara oscura», antes de fichar por una de las mejores ficciones de la televisión española en las últimas décadas. «Hospital Central» puso sus ojos en ella para que interpretase a Leonor Vázquez, una enfermera que trabajaba en las urgencias del Hospital y que acompañó a la actriz durante dos temporadas y 27 capítulos. A continuación, pasó a la televisión pública para la serie diaria «Obsesión», en la que interpretaba a la perversa Carla Laguna.
Tras el fin del «Cyberclub», Lázaro tuvo pequeños papeles en series españolas como «Impares» (Antena 3) y «Las chicas de oro» (en la adaptación que TVE hizo de la histórica ficción) antes de centrarse del todo en el cine y el teatro. En 2012, fue parte de la aclamada «Grupo 7», la cinta dirigida por Alberto Rodríguez y protagonizada por Antonio de la Torre y Mario Casas . Después, trabajó en otras películas, como «Working Progress», «Faraday» y «Fantasma».
El pasado año, interpretó a Laura en la comedia negra «Jefe» , protagonizada por Luis Callejo y Juana Acosta y nominada al Goya como Mejor Guion Adaptado. Aunque donde verdaderamente está brillando Lázaro es en el teatro. Ahora, protagoniza la obra «Besugo por las paredes», cuya última función fue hace solo unos días en el Teatro Lara de Madrid. En Twitter, se puede seguir a la intérprete en su perfil personal.
Un buen número de trabajos, así las cosas, han acompañado a la actriz desde que se separase de Cybercelia en 2007 . Pese a ello, muchos telespectadores, en especial los más jóvenes, no pueden recordarla sin acordarse de Rocko Alicates, Trasto, el Capitán Lapa, la nave Cyberanda y compañía... «¡Computado!».
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