Nostalgia de Sara Montiel y Marujita Díaz
Quiero ver en un programa a «chocho volador». No pueden acabar con esa tele. Qué series ni qué series
Qué ordinariez que te pregunten la edad, el peso o qué series estás viendo. Y a usted qué le importa. Además, como diría Greer Garson con la edad (sirve para lo otro), no puedo decirlo porque cambia continuamente. Sobre todo, por la cantidad de primeros episodios que aguanto de tantas series. Si fueran libros tiraría las series a la piscina, como Umbral. Con el fin de ‘Happy Valley’ y la vuelta de ‘Succession’ el 27 de marzo para la entrega final, voy a confesar que veo ‘La promesa’ y ‘Poldark’ (esta por segunda vez, que ya la vi en Movistar +, donde ahora también tengo a Aidan Turner en ‘Sospechoso’). ‘La promesa’ y ‘Poldark’ están en La 1. Ojalá, y me repito, la cadena acabe trayendo a España ‘Last tango in Halifax’ , la joya original de Sally Wainwright, para esas horas tontas de la tarde.
‘La promesa’, de Bambú, es una especie de ‘Downton Abbey’ españolizada. Pero no como la Nocilla frente a la Nutella, más bien como ‘Una gota de sangre para morir amando’ frente a ‘La naranja mecánica’. Bambú es capaz de conseguir que el poco presupuesto luzca (aunque no tengan cuartos para mostrar el banquete protagonista de un capítulo). Es una serie donde la señora marquesa puede decir: «Mi padre no tiene líneas rojas». O una muchacha del servicio suelta: «Voy a meter la pata sí o sí».
En Mediaset han cambiado a Mirta Drago por Sandra Fernández como directora de Comunicación. Mira, como yo he cambiado ‘Happy Valley’ por ‘La promesa’. Me hace gracia que lo que más se resalte sea que viene del Gobierno de Ayuso cuando lo importante es que ha sido directora de ‘Salsa rosa’, de ‘Dolce Vita’ y de 'La Sexta Noche’, donde debutó, más allá de televisiones más minoritarias, Pablo Iglesias. ¡Directora de ‘Salsa Rosa’ y de ‘Dolce Vita’! Es como haber sido director de ‘Playboy’. Tráiganme a alguien serio, que vamos a poner orden en esta algarabía de Telecinco. Qué pena que algunas cosas de aquella época en la que Sandra Fernández era directora de programas tan legendarios sean irrepetibles, más que nada porque sus protagonistas están muertos.
Qué disfrute fue el combate entre Sara Montiel y Marujita Díaz en ‘Salsa rosa’. No estaban peleadas, pero hacían como si lo estuvieran. El pique venía de que Maru (así la llamaba Sara) estaba molesta porque Antonia no la había invitado a su boda con Tony el cubano. «Se me pasó», dijo la Montiel. Al sentarse, la manchega lo primero que soltó, después de mirar a Díaz las esmeraldas, fue: «¿Te has dejado alguna alhaja en tu casa?». Menos gracia, pero más consecuencias, tuvo el enfrentamiento entre Jesús Gil y Julián Muñoz, que provocó las actuaciones judiciales conocidas. Por suerte no estaban juntos. «¡Golfo!». «El golfo eres tú. Anda, vete a comer el pollo que te espera», le dijo Gil, que antes lo había acusado de cobrar comisiones.
Quiero ver en un programa a «chocho volador». No pueden acabar con esa tele. Qué series ni qué series.
