«Vikingos» sorprende en su tercer episodio con varios giros inesperados

Alex Jiménez

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18/12/2019
Actualizado 19/12/2019 a las 00:57h.

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[¡Alerta! ¡Este texto incluye «spoilers» de episodios anteriores de «Vikingos»! ¡Lea bajo su propia responsabilidad!]

Este martes, la cadena de pago TNT emitió el tercer episodio de la primera parte de la sexta y última temporada de «Vikingos» . Un capítulo, titulado «Fantasmas, Dioses y perros», que volvió a servir a la serie de History Channel creada por Michael Hirst para seguir engranando sus motores de cara a todo lo que se avecina.

En él, además, volvió a quedar clara esa premisa que reza que «Vikingos» es una ficción en la que (casi) siempre pierde el Rey Harald (Peter Franzén). El bravo guerrero lleva una época de capa caída en la serie creada por Michael Hirst, en la que de un tiempo a esta parte no ha dejado de ser derrotado, aunque siempre se ha levantado. Después de que ayudase a Bjorn (Alexander Ludwig) de manera más que activa a reconquistar Kattegat al final de la pasada temporada –la única victoria que se le recuerda de un largo tiempo a esta parte–, Harald quedó malherido y de la coyuntura se aprovechó otro de sus «aliados»: el Rey Olaf (Steven Berkoff), que se ha apropiado de sus tierras y le ha hecho prisionero. De hecho, Harald luce ahora un aspecto de lo más demacrado mientras espera a su ejecución a manos de Olaf, que tal y como se indica en la serie podría producirse en cualquier momento.

Es por todo ello que, este tercer capítulo de la sexta entrega, Bjorn se decide por fin a ir a rescatar a Harald en compañía de Kjetill «Nariz chata» (Adam Copeland) como lugarteniente. Sin embargo, Olaf se anticipa a sus intenciones y les pilla «in fraganti», mientras Bjorn, Kjetill y los suyos tratan de adentrarse en sus dominios por el mar . El líder vikingo ordena a sus tropas retirarse, pero Olaf, prevenido de las intenciones de las huestes de Kattegat gracias a sus espías, había impregnado el agua con un material inflamable, que a su vez comenzó a prender gracias a flechas, algunas de las cuales directas a las cabezas de los guerreros de Bjorn. Como en la Batalla del Aguasnegras de «Juego de Tronos», pero cambiando a Tyrion Lannister (Peter Dinklage) por Olaf y a Stannis Baratheon (Stephen Dillane) y Ser Davos Seaworth (Liam Cunningham) por Bjorn y Kjetill.

El hijo mayor de Ragnar, así las cosas, queda atrapado junto a Kjetill y al resto de sus hombres, fracasando así (por ahora) en su intento por rescatar a Harald, en un giro tan inesperado como despiadadas son, en la otra punta de Europa, las intenciones del Príncipe Oleg de Novgorod (Danila Kozlovsky). El nuevo «Profeta» de «Vikingos» –sí, porque el de Kattegat, al que daba vida John Kavanagh , ya se encargó Ivar (Alex Hogh Andersen) de que no siguiera vivo– decide asimismo vengarse de su hermano mayor, Dir (Lenn Kudrjawizki), a pesar de que éste le perdonó la vida en el pasado episodio, en el que Oleg asesinó a sangre fría al otro hermano de ambos, el Príncipe Askold (Blake Kubena).

En compañía de Ivar, su nuevo mejor amigo, en el 6x03 de «Vikingos» Oleg vuelve a evidenciar que sigue empeñado en convertirse en el personaje más sádico de la historia de la serie... y eso es mucho decir. «El Profeta» perpetra un ataque a traición contra su hermano Dir, al que termina torturando hasta los límites, pues decide hacerle prisionero, encerrarle en una perrera y engancharle por un grillete que fija en su mejilla . Una imagen de lo más espeluznante y que trata de acercar la nueva realidad de la serie: lo maquiavélica que puede llegar a ser esa dupla formada por Ivar y Oleg. A pesar de que el primero, sin embargo, no se termina de fiar del príncipe de Kiev, ni mucho menos de sus intenciones con respecto al pequeño Príncipe Igor (Oran Glynn O'Donovan), la llave del gobierno de Rus y que parece haberse convertido en el nuevo protegido de Ivar.

En Kattegat, Ubbe (Jordan Patrick Smith) y Torvi (Georgia Hirst) siguen demostrando que son la pareja de moda de «Vikingos». Ambos terminan de ayudar a Lagertha (Katheryn Winnick) a construir su nueva granja y aplazan su viaje a Islandia para, junto a Gunnhild (Ragga Ragnars), hacerse cargo del gobierno de la ciudad mientras Bjorn trata de rescatar a Harald. No hay ninguna duda de que Ubbe es el hijo más cabal de Ragnar por encima del segundo en la lista: un Bjorn, por cierto, que finalmente ha sucumbido a los encantos de la doncella Ingrid (Lucy Martin), con la que termina encamado antes de partir rumbo a las tierras del Rey Olaf. El primogénito de Ragnar no es precisamente el mejor ejemplo de resistencia a las tentaciones y traiciona a su mujer, que ya desconfiaba de la joven, con su empleada. Habrá que ver ahora si el desliz no tiene mayores consecuencias. Porque, ¿y si hubiera dejado a Ingrid embarazada, como también lo está Gunnhild? (¡y Torvi, aunque ésta de Ubbe) ¡Menudo «salseo»! Esto más que «Vikingos» parece una novela turca de esas que protagoniza Can Yaman.

Lagertha, por su parte, confirma lo que todo buen seguidor de «Vikingos» pensaba después de haberla visto enterrar su espada y jurar que nunca volvería a luchar en el pasado episodio: que tardaría en romper su promesa l o mismo que tarda Mila Ximénez en armar una bronca en «Gran Hermano VIP» . En efecto: la «doncella escudera» desentierra su arma en este tercer episodio para permanecer alerta ante la nueva oleada de saqueos y violaciones perpetrados en su nueva aldea, liderado por ese grupo de repudiados que fueron desterrados por Bjorn y que están dirigidos por Hvithar, aquel misterioso seguidor de Ivar al que da vida Kieran O'Reilly. Como curiosidad, destacar que antes de ser actor, O'Reilly trabajó muchos años como inspector de Policía... de esos que se encargan a pararle los pies a todo ser de la calaña de su personaje.

Por último, no hay que olvidar a Hvitserk (Marco Ilso), que sigue de mal en peor y ahogando en alcohol su imparable obsesión con Ivar. «Le veo en todos lados», le dice a Gunnhild, cuando ésta, preocupada por él, trata de echarle una mano. Ahora, el joven también ha comenzado a ver visiones protagonizadas por el fantasma de su difunta novia Thora (Eve Connolly), quemada viva a manos de Ivar en la pasada temporada. Todo parece indicar que, o Ubbe –como tiene pinta de que pasará– le pilla por banda y le dice un par de cosas bien dichas, o el joven no tardará en convertirse en el tercer hijo de Ragnar (o el cuarto, si se tiene en cuenta a Magnus, el personaje al que dio vida Dean Ridge y del que la identidad de su padre sigue siendo una incógnita) que perderá la vida en «Vikingos» .

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