Tramatizado

'Yellowstone', SkyShowtime y la caída de Netflix

Desconozco si la llegada de la nueva plataforma se trata de una estrategia de lanzamiento deliberada o de una conjunción de astros. Si es lo primero, felicito al as del marketing que lo haya planeado. Si es la segunda me alegro por la existencia de la justicia cósmica

Quo vadis, Netflix?

Vírgenes de 'Yellowstone'

Kevin Costner en 'Yellowstone'
Máximo Sentencia

Máximo Sentencia

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Hablar del declive de Netflix a día de hoy ya no es cuestión de opinión sino de hechos probados. Su errática política de renovaciones y cancelaciones, el éxodo de contenidos a sus legítimas plataformas a su paulatina llegada al mercado español y su reciente decisión suicida de prohibir las cuentas compartidas han convertido a Netflix en una especie de Titanic: presuntamente imposible de hundir y, sin embargo, inexorablemente de camino al fondo del océano.

A esto se le añade la estricta y autodestructiva directiva de Netflix de convertir todas y cada una de sus producciones exclusiva y originales en una fórmula replicable en la que lo único esencial es cumplir una serie de requisitos de trasfondo político y social. La historia ya no importa y por tanto todas las historias que propone Netflix son la misma, pero con diferentes escenarios y disfraces. Ya saben de qué les hablo. Mi enhorabuena a la plataforma por conseguir alienar a dos terceras partes de su audiencia mayor de treinta. No es nada sencillo, la verdad.

Así que mientras Netflix se preocupaba por la caída en bolsa de sus acciones, de llamar ladrones a sus usuarios y de tratar sistemáticamente de lavarles el cerebro con su agenda política le ha salido competencia. Por la puerta de atrás, de puntillas y sin hacer ruido ha aparecido SkyShowtime en España . Desconozco si se trata de una estrategia de lanzamiento deliberada o de una conjunción de astros a favor de SkyShowtime llegar justo en este momento. Si es lo primero, felicito al as del marketing que lo haya planeado. Si es la segunda me alegro por la existencia de la justicia cósmica.

Como no podía ser de otra forma me he dado de alta de forma inmediata por el precio de dos cañas al mes. Lo calculo en cañas porque es la unidad en la que mi hermano me enseñó a medir el precio de las cosas y es un método infalible para saber si estás o no dispuesto a pagar por ello. Nada más democrático y universal que una caña.

Primera parada: ‘Yellowstone’. Una serie que llevaba esperando años poder ver. Quizá porque mi sueño es aislarme en un rancho en Montana si me toca la Primitiva o quizá porque lo de ver a Kevin Costner a caballo me trae recuerdos de mi infancia viéndolo en ‘The Postman’, ‘Bailando con lobos’ y tantas otras películas de los noventa.

‘Yellowstone’ es brutal. Brutal en el sentido estricto de la palabra. Brutal como la naturaleza humana, la codicia, el afán de destrucción de todo lo natural, el odio o las heridas sin cicatrizar del genocidio sistemático de los pueblos nativos norteamericanos. Todos ellos son temas centrales en 'Yellowstone', que nos muestra la lucha de la disfuncional familia Dutton por mantener la propiedad del rancho más grande de Montana. Y lo hacen figurada y literalmente a sangre y fuego en la bellísima e imponente estampa natural de Montana: amplias llanuras, pastos interminables, montañas nevadas y una forma de vida en simbiosis con la tierra y los animales que quizá fuera el camino que nunca debimos abandonar como especie. Si estas reflexiones no valen por lo menos dos cañas, no sé qué puede valerlo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación