Chris Brancato, el padrino de los capos modernos de la televisión
Debutó hace más de treinta años con ‘Sensación de vivir’, pero ha triunfado con ‘Narcos’ y su secuela. Tan importante como saber dar forma a una serie, cuenta, es convencer a una cadena de que puede ganar dinero con ella
Como su madre era novelista, Chris Brancato (New Jersey, 1962) ya sabía que es posible ganarse la vida escribiendo. Pero él n o tenía una vocación clara . Hasta que un amigo le enseñó un guión de una serie de televisión y decidió que eso era exactamente a lo que quería dedicarse. Entró en la industria con el pie derecho, participando en dos grandes éxitos de los años noventa: ‘Sensación de vivir’ y ‘Expediente X’. Quizás fue en ese momento cuando aprendió que hacer televisión es un arte, pero sobre todo un negocio: «Los guionistas están llenos de pasión por sus creaciones, pero deben ser también capaces de convencer a un grupo de empresarios de que van a generar dinero con ellas, porque si no no van a hacer esa serie. Yo lo hago recurriendo a elementos que tienen ya un historial de éxito o presentando ideas tan potentes que es obvio que son un negocio. Si quisiera hacer un espectáculo sin interferencias lo grabaría con mi móvil para mis amigos».
En 1998, American Zoetrope, la productora de Francis Ford Coppola, confió en Brancato para crear la serie de ciencia ficción ‘El elegido’, que duró tres temporadas. Graduado en Historia por la Universidad de Brown, de su pluma salieron también algunos episodios de ‘Más allá del límite’, ‘Ley y orden: Unidad de Víctimas Especiales’ y ‘Hannibal’ . Tras el tropiezo de ‘De Reyes y Profetas’ llegó su gran éxito: ‘Narcos’ , la serie que narra el ascenso y la caída de Pablo Escobar. Y la secuela ‘Narcos: México’, sobre la creación del cártel de Guadalajara. «La historia criminal siempre genera cierto interés y ‘Narcos’ tiene una serie de elementos que la hacen especial: se grabó íntegramente en Colombia y pedimos a Netflix que los protagonistas hablaran español. Los estadounidenses odian los subtítulos , pero en este caso fueron un acierto», cuenta a ABC tras la clase magistral que impartió en el festival Iberseries. «Teníamos valores de producción norteamericanos y hablábamos de personajes muy cercanos que iban al extranjero. La gente no había visto ese cruce entre dos mundos de una forma tan auténtica».
En su última serie, ‘El padrino de Harlem’, cuenta la historia real del gángster Bumpy Johnson. Otro «chico malo», como le dicen con sorna en la productora. «Hay algo fascinante sobre aquellos que rompen las normas, porque la mayoría de nosotros no lo hacemos nunca o lo hacemos de forma muy leve . Eso sí, tratamos de asegurarnos de que la audiencia comprenda que estos criminales acaban muertos o en la cárcel. Puede ser atractivo un cierto tiempo, pero siempre hay consecuencias. No creo que debamos hacer series sobre mafiosos y sugerir que eso es un estilo de vida válido».
Su próxima producción, ‘Hotel Cocaine’, transcurre en un hotel situado en el Miami de los años 70 en el que se cruzan dictadores iberoamericanos, políticos, agentes de la DEA y narcos cubanos. «Será la última que haga con cocaína de por medio», bromea.
Vuelta otra vez al universo hispanohablante. «La población latina está infravalorada, y hay muchísimas oportunidades para hacer buenas ficciones en español o mezclando inglés y español. Creo que es el mercado emergente más grande que hay ahora mismo», sostiene Brancato, que reflexiona y plantea cada respuesta como si estuviese presentando una de sus historias. « El público se ha vuelto muy sofisticado. Siempre seguirá habiendo audiencia para los taquillazos, para productos más palomiteros con poco ‘valor nutricional’, pero también para obras de alta calidad, series que son más nutritivas para tu alma y tu mente ».
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